Devocional 14 de Julio de 2024: «La Fe que Toca el Corazón de Dios»


Cita bíblica:

Hebreos 11:6 (RVR 1960) – «Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.»

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Reflexión:

La fe es un regalo precioso que Dios nos ha dado. Es un vínculo profundo entre nuestro corazón y el suyo. Esta conexión de fe nos permite agradar a Dios. La Escritura en Hebreos 11:6 es clara: «Pero sin fe es imposible agradar a Dios». Nuestra fe es como música celestial a sus oídos.

Piensa en la historia de la mujer con el flujo de sangre que encontramos en el Evangelio de Marcos, capítulo 5, versículos 25-34. Ella sufrió durante doce largos años, pero su fe en Jesús la impulsó a tocar el borde de Su manto con la esperanza de ser sanada. La fe de esta mujer no solo la sanó físicamente, sino que también agradó profundamente a Jesús. Él le dijo: «Hija, tu fe te ha hecho sana; ve en paz, y queda sana de tu azote» (Marcos 5:34, RVR 1960).

Nuestra fe, aunque a veces parezca pequeña, puede mover montañas. A través de ella, encontramos un camino para acercarnos a Dios, para confiar en Su amor y poder, y para recibir Su gracia y sanidad en nuestras vidas. Dios anhela que pongamos nuestra fe en Él, porque cuando lo hacemos, estamos mostrando que confiamos en Su bondad y en Su capacidad para guiarnos y sostenernos en todas las circunstancias.

La fe es el idioma del corazón que Dios entiende y ama escuchar. Cuando ejercemos nuestra fe, cuando creemos en Su presencia y poder en nuestra vida diaria, estamos, de hecho, agradando al corazón de Dios. Nuestra fe nos acerca a Él y nos permite experimentar Su amor, sanidad y dirección en formas asombrosas. Así que, mantén tu fe viva, porque agrada profundamente a nuestro Padre celestial.

Dios anhela que tengamos una fe viva y constante, que no dependa de nuestras circunstancias, sino que se base en nuestra relación con Él. La fe nos conecta con Su corazón, nos da la fuerza para enfrentar los desafíos y nos permite ver Su mano obrando en nuestra vida. Recuerda que cada acto de fe, por pequeño que sea, agrada a Dios y tiene el poder de transformar situaciones difíciles en testimonios de Su amor y poder. Al igual que la mujer con el flujo de sangre, tu fe puede llevarte a experimentar milagros y a fortalecer tu relación con el Señor.

Oración:

Querido Dios, gracias por el regalo de la fe. Ayúdame a confiar en Ti y a ejercer mi fe cada día. Permíteme agradarte con mi confianza en Tu amor y poder. Que mi fe, aunque pequeña, sea un reflejo de mi amor por Ti y una señal de mi total dependencia de Tu gracia. En el nombre de Jesús, Amén.

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