Cita bíblica:
«Cerca está Jehová de todos los que le invocan, de todos los que le invocan de veras.» (Salmo 145:18)
Reflexión:
En la agitada y vertiginosa realidad de la vida, es fácil perder de vista lo más importante: estar cerca de Jesús. Es en Su presencia donde encontramos consuelo, esperanza y restauración. Es allí donde nuestras cargas se alivian, y nuestra fe se fortalece. Pero, ¿Cuántas veces hemos dejado que la prisa y las distracciones nos alejen de estar cerca de nuestro Salvador.
El Salmo 145:18 nos recuerda que el Señor está cerca de aquellos que le buscan sinceramente. No importa cuán lejos hayas sentido que te has alejado, Jesús siempre está dispuesto a recibirte en Sus brazos. Es hora de volver a anhelar Su presencia y hacer de ella nuestra prioridad.
Imagina a María, una joven que ha pasado por momentos difíciles y ha sentido la soledad en su corazón. Un día, una amiga la invitó a asistir a un retiro espiritual en su iglesia local. Al principio, María dudó, pero finalmente aceptó la invitación. Durante el retiro, María experimentó momentos profundos de adoración y comunión con Jesús. En esos momentos, sintió Su paz y Su amor reconfortante. Desde ese día, María decidió hacer un compromiso de buscar a Jesús diariamente en oración y lectura de la Biblia, y así, su anhelo de estar cerca de Él se hizo más fuerte.
Hoy, te invito a que, al igual que María, hagas un compromiso de buscar a Jesús cada día. Anhela estar cerca de Él en oración, adoración y meditación en Su Palabra. No permitas que las ocupaciones y las preocupaciones del mundo te alejen de lo que verdaderamente importa. En Su presencia, encontrarás paz, gozo y propósito para tu vida. Deja que Jesús sea tu centro, tu refugio y tu guía. ¡Anhela Su presencia y verás cómo todo en tu vida cambiará!
Oración:
Amado Jesús, hoy vengo ante Ti con un corazón humilde y ansioso de estar cerca de Ti. Reconozco que en ocasiones he permitido que las ocupaciones y las preocupaciones me alejen de tu presencia. Te pido perdón por eso. Anhelo estar cerca de Ti cada día, experimentando tu paz y tu amor. Ayúdame a hacer de tu presencia mi prioridad y a buscar tu rostro en cada momento de mi vida. Gracias por amarme y recibirme siempre con brazos abiertos. En Tu nombre, Amén.