Cita bíblica:
«No temas, porque ciertamente te haré bien por amor de Jonatán tu padre, y te restituiré todas las tierras de Saúl tu padre; y tú comerás siempre a mi mesa.» – 2 Samuel 9:7 (RVR1960)
Reflexión
En la vida, a menudo enfrentamos adversidades, pérdidas y ataques del enemigo que intentan robarnos la paz, el gozo y las bendiciones que Dios tiene reservados para nosotros. Sin embargo, como creyentes, podemos estar seguros de que nuestro Dios es un Dios de restitución y restauración. Él tiene la fuerza y la voluntad para restaurar lo que el enemigo nos ha quitado y traer bendiciones y prosperidad a nuestras vidas.
La historia de Mefi-boset en 2 Samuel 9 es un poderoso ejemplo de la restauración de Dios. Mefi-boset era nieto del rey Saúl y vivía en la desolación y la limitación debido a un accidente que lo dejó lisiado. Sin embargo, cuando el rey David lo descubrió, decidió mostrarle bondad y devolverle todo lo que le había sido rebatado. Mefi-boset fue restituido en sus tierras, y desde aquel momento fue invitado a cenar a la mesa del rey y recibió bendiciones y favores.
Esta historia nos enseña que nuestro Dios es un Dios de gracia y misericordia. Él no solo está dispuesto a restaurar lo que el enemigo no ha quitado, sino que también nos da un lugar en su mesa, un lugar de honor y comunión con Él. Aunque enfrentamos pruebas y tribulaciones, podemos confiar en que el Señor tiene el poder para restaurarnos y traernos de vuelta la plenitud y la bendición a nuestras vidas.
Un ejemplo cotidiano de esto es cuando enfrentamos pérdidas financieras y experimentamos la provisión sobrenatural de Dios para cubrir nuestras necesidades. O cuando nos enfrentamos a una enfermedad y experimentamos su curación y recuperación en nuestro cuerpo. En cada área de nuestra vida, Dios puede intervenir y restaurar lo que hemos perdido.
Oración:
Padre, te damos gracias por ser tan amoroso y fiel con nosotros. Gracias por ser un Dios de restitución y restauración. Te presentamos las áreas de nuestras vidas en las que hemos sufrido pérdidas y ataques del enemigo. Confiamos en tu fuerza y gracia para restaurar todo lo que nos fue arrebatado. Danos la fe para creer en Tu poder y la esperanza para creer en Tu voluntad. Que nuestra fe se fortalezca al recordar que tú eres el restaurador y que tu bondad y gracia nos acompañan todos los días de nuestra vida. En el nombre de Jesús, Amén.