Cita bíblica:
«Si subiere a los cielos, allí estás tú; y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás.» (Salmo 139:8)
Reflexión
En nuestro viaje diario, a menudo enfrentamos momentos de soledad, incertidumbre y desafío. Sin embargo, como hijos de Dios, podemos encontrar consuelo y seguridad en la promesa de que la presencia divina está con nosotros en todas partes. Dios es omnipresente, lo que significa que está presente en todas partes y en todo momento en nuestras vidas. No importa cuán lejos nos desviemos o los valles oscuros que atravesemos, Él está allí. Su presencia nos da consuelo, fortaleza y guía en medio de las dificultades.
Imagina una persona está en un momento de transición en su vida, llena de incertidumbre y miedo por el futuro. En medio de esta situación, se aferró a la promesa de la presencia de Dios. Mientras busca a Dios en oración y se sumerge en Su Palabra, experimentará una paz sobrenatural y la seguridad de que no está solo. La presencia divina le acompaña en cada paso del camino, infundiendo fe y esperanza en el viaje que tiene por delante.
La presencia de Dios es un regalo invaluable para aquellos que le buscan y confían en él. Él está cerca de nosotros en todo momento, en todas partes, listo para acompañarnos y fortalecer nuestras debilidades. Su presencia nos guía, nos consuela y nos llena de paz en medio de las pruebas y tribulaciones de la vida,
Oremos juntos…
Oración:
Amado Padre celestial, te agradecemos por tu presencia constante en nuestras vidas. Te pedimos que nos concedas una mayor sensibilidad y conciencia de tu compañía inquebrantable. Ayúdanos a encontrar y apreciar tu presencia en todas las áreas de nuestras vidas. Que tu presencia nos guíe, nos fortalezca y nos llene de paz en todo momento. En el nombre de Jesús, Amén.