Cita bíblica:
«Como está escrito: Te he puesto por padre de muchas gentes delante de Dios, a quien creyó, el cual da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como si fuesen.» – Romanos 4:17
Reflexión:
En nuestro caminar cristiano, a menudo nos enfrentamos a situaciones que parecen imposibles. Miramos a nuestro alrededor y solo vemos problemas, carencias y dificultades. Sin embargo, Dios nos invita a mirar más allá de lo que nuestros ojos físicos pueden percibir. Por lo tanto, es crucial entender que nuestra realidad no está limitada a lo visible. De hecho, como hijos de Dios, tenemos el increíble privilegio de declarar lo invisible como si ya existiera, tal como nuestro Padre celestial lo hace. Esta manera de vivir no es simplemente pensamiento positivo; más bien, es alinear nuestra fe con la naturaleza creadora de Dios, quien habla y crea con Su palabra.
Uno de los ejemplos más poderosos de este principio lo encontramos en Ezequiel 37, con la visión del valle de los huesos secos. En esta extraordinaria escena, Dios lleva a Ezequiel a un valle lleno de huesos secos y le pregunta: «¿Vivirán estos huesos?» Ante lo que parecía completamente imposible, Dios instruyó a Ezequiel: «Profetiza sobre estos huesos, y diles: Huesos secos, oíd palabra de Jehová.» Al obedecer y comenzar a profetizar, algo asombroso sucedió: los huesos se juntaron, se cubrieron de tendones, carne y piel, y finalmente recibieron aliento de vida. Este relato no es solo una visión sobre la restauración de Israel, sino también una poderosa ilustración de cómo Dios puede traer vida de la muerte cuando declaramos Su Palabra sobre situaciones aparentemente sin esperanza. Lo que parecía definitivamente muerto, sin ninguna posibilidad de restauración, cobró vida mediante el poder de la palabra profética.
¿Has estado declarando tus problemas en lugar de declarar las promesas de Dios? Reflexiona por un momento: cada vez que pronuncias palabras de derrota, estás dando más poder a tus circunstancias. En cambio, cuando comienzas a declarar las promesas de Dios sobre tu vida, estás activando tu fe en un nivel superior. No es que neguemos la existencia de dificultades, sino que elegimos no darles la última palabra. Cuando declaras sanidad en medio de la enfermedad, provisión en medio de la escasez, o restauración en medio del quebrantamiento, estás alineándote con la naturaleza creadora de Dios, quien llama las cosas que no son como si ya existieran.
El poder de la declaración profética transforma primero nuestra mentalidad y luego nuestra realidad. Cuando persistentemente declaramos la verdad de Dios sobre nuestra vida, nuestro pensamiento comienza a renovarse según Romanos 12:2. Empezamos a ver las circunstancias desde la perspectiva de Dios, no desde nuestras limitaciones humanas. Además, nuestras palabras tienen poder espiritual; Proverbios 18:21 nos recuerda que «la muerte y la vida están en poder de la lengua». Por tanto, al declarar las promesas de Dios con fe, estamos liberando el poder creativo de Su Palabra en nuestras circunstancias. No es magia ni superstición; es el principio bíblico de la fe que obra por medio de nuestras declaraciones alineadas con la voluntad de Dios.
Oremos juntos:
Padre celestial, te agradezco porque eres el Dios que llama las cosas que no son como si ya existieran. Hoy me arrepiento por cada palabra de duda, temor y negatividad que he pronunciado. Decido alinear mis declaraciones con tu Palabra. Declaro que donde hay enfermedad, vendrá sanidad; donde hay escasez, vendrá provisión; donde hay conflicto, vendrá paz. Señor, dame ojos para ver más allá de lo visible y fe para proclamar tus promesas hasta verlas manifestadas. Renueva mi mente para pensar según tus pensamientos y hablar según tu Palabra. En el poderoso nombre de Jesús, quien con su palabra calmó tempestades y resucitó muertos, declaro vida y bendición sobre cada área de mi existencia. Amén.
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Profetizar por Planet Shakers – Una hermosa canción que nos inspira a declarar las promesas de Dios sobre nuestras vidas con fe y convicción.
