Cita bíblica:
«No sigan el ejemplo de la gente de este mundo, sino transfórmense interiormente mediante un cambio completo de su mente. Así aprenderán a conocer la voluntad de Dios, que es buena, agradable y perfecta.» – Romanos 12:2 (NVI)
Reflexión
En nuestra sociedad actual, se nos bombardea constantemente con mensajes que nos animan a buscar nuestra propia satisfacción, reconocimiento y éxito personal. Sin embargo, como seguidores de Cristo, somos llamados a un camino diferente. El Señor nos invita a vivir una vida centrada en Él, donde nuestra prioridad es glorificarle y servir a los demás.
El desafío de ser «más de Ti, menos de mí» se encuentra en el núcleo del mensaje de Jesús. Él nos enseñó a amar a Dios con todo nuestro corazón, alma y mente, y a amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Esto implica renunciar a nuestro egoísmo y dejar que el amor y la gracia de Dios fluyan a través de nosotros.
En nuestra vida diaria, podemos encontrar múltiples oportunidades para poner en práctica este principio. Por ejemplo, en lugar de buscar nuestro propio beneficio en el trabajo, podemos buscar cómo bendecir y ayudar a nuestros compañeros. En nuestras relaciones personales, podemos practicar la escucha activa y mostrar compasión hacia los demás. En cada decisión que tomemos, podemos buscar la voluntad de Dios y estar dispuestos a obedecer, incluso si va en contra de nuestros deseos personales.
Pablo, uno de los apóstoles más prominentes en la historia del cristianismo, nos brinda un ejemplo vivo de cómo la presencia de Cristo en nuestros corazones puede transformar nuestras vidas por completo. Antes de su encuentro con Cristo en el camino a Damasco, Pablo era conocido como Saulo y perseguía ferozmente a los seguidores de Jesús. Sin embargo, tras su encuentro con el Señor, su vida cambió radicalmente.
Pablo nos enseña que, después de su encuentro con Cristo, su vida ya no era la misma. Él entendió que no era él quien vivía, sino Cristo quien vivía en él. Esta transformación lo llevó a dedicar su vida por completo a seguir a Cristo y permitir que su presencia se manifestara a través de él. Del mismo modo, nosotros también podemos experimentar esta transformación al permitir que Cristo sea el centro de nuestras vidas. Al hacerlo, encontramos verdadera paz, gozo y propósito en seguirle. ¡Gloria a Dios por su gracia transformadora!
Ser «más de Ti, menos de mí» es un llamado radical pero transformador. Requiere una entrega completa de nuestro ser a Dios y una disposición constante para servir y amar a los demás. Al vivir de esta manera, experimentamos la alegría de ser instrumentos en las manos de Dios y vemos Su amor y gracia manifestándose en nuestra vida y en la vida de aquellos a quienes tocamos.
Oración:
Amado Padre, hoy te pedimos que transformes nuestro corazón y nos ayudes a ser menos egoístas y más comprometidos contigo. Ayúdanos a buscar tu voluntad en cada aspecto de nuestra vida y a estar dispuestos a renunciar a nuestros deseos para seguirte de cerca. Que tu amor y gracia fluyan a través de nosotros, y que seamos instrumentos en tus manos para bendición de otros. En el nombre de Jesús, amén.