Cita bíblica:
«Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría.» (Salmos 90:12)
Reflexión:
En nuestra agitada vida cotidiana, es fácil perder de vista el valor del tiempo. Pero, ¿en qué gastamos realmente nuestro tiempo? ¿Lo invertimos en cosas que son verdaderamente significativas y eternas? El tiempo es un regalo precioso de Dios, y cómo lo utilizamos revela nuestras prioridades y nuestro corazón.
Es momento de evaluar cómo empleamos cada hora, cada minuto de nuestro día. Podemos escoger sabiamente en qué invertir nuestro tiempo: en cultivar relaciones significativas, en servir a los demás, en crecer espiritualmente, en disfrutar las bendiciones de la vida y en buscar a Dios con todo nuestro ser.
Un personaje bíblico que invirtió sabiamente su tiempo fue José, hijo de Jacob. A lo largo de su vida, José enfrentó numerosas dificultades, incluyendo la traición de sus hermanos, ser vendido como esclavo y ser encarcelado injustamente. Sin embargo, en cada situación, José demostró fidelidad a Dios y sabiduría en su actuar.
A pesar de las circunstancias adversas, José no se desanimó ni se amargó. En cambio, utilizó el tiempo que pasó en cautiverio para desarrollar sus habilidades y confiar en Dios. Su interpretación de los sueños de sus compañeros de prisión, y luego del faraón, demostró su sabiduría y habilidades administrativas.
Finalmente, cuando José fue elevado al puesto de segundo al mando en Egipto, utilizó su posición para salvar a su familia durante una época de hambruna y reconciliarse con sus hermanos. Su historia muestra cómo el tiempo invertido en confiar en Dios y en desarrollar habilidades útiles puede llevar a resultados significativos y bendiciones para uno mismo y para los demás.
El tiempo es un recurso finito y valioso que Dios nos ha dado. Es nuestra responsabilidad utilizarlo de manera sabia y productiva. Al invertir nuestro tiempo en lo que realmente importa, en actividades que nutren nuestra alma y en buscar a Dios, experimentaremos una vida llena de propósito, satisfacción y bendición.
Oración:
Amado Padre Celestial, te agradezco por el regalo del tiempo. Ayúdame a ser consciente de cómo lo invierto y a elegir sabiamente mis prioridades. Permíteme invertir mi tiempo en lo que te agrada y en lo que edifica mi vida y la de los demás. Que mi enfoque esté en ti y que cada minuto sea un testimonio vivo de tu amor. En el nombre de Jesús, Amén.