Cita bíblica:
1 Corintios 15:33: «No se dejen engañar: «Las malas compañías corrompen las buenas costumbres»»
Reflexión:
En nuestro caminar diario, Dios nos llama a ser prudentes con las relaciones que cultivamos. Así como un jardinero cuida su jardín eliminando las malas hierbas que pueden ahogar las plantas saludables, nosotros debemos ser sabios al elegir nuestras compañías. Las relaciones tóxicas pueden drenar nuestra energía espiritual, contaminar nuestra paz y alejarnos del propósito que Dios tiene para nosotros. En este mundo digital, debemos ser especialmente cautelosos con las conexiones que mantenemos en nuestras redes sociales.
Pablo nos da un ejemplo poderoso en su segunda carta a Timoteo cuando menciona a Alejandro el herrero, quien le había causado mucho daño (2 Timoteo 4:14-15). En lugar de mantener una relación tóxica, Pablo advierte a Timoteo que se cuide de él. No busca venganza, sino que sabiamente establece límites y confía en que el Señor se encargará de hacer justicia. Esta situación nos enseña que incluso los grandes siervos de Dios necesitaron establecer límites saludables.
¿Cuántas veces nos hemos sentido agotados emocionalmente después de interactuar con ciertas personas? Dios nos ha dado el discernimiento para reconocer cuando una relación no edifica nuestra vida. No es egoísmo establecer límites; es sabiduría divina. Así como Jesús se apartaba de las multitudes para estar en comunión con el Padre, nosotros debemos elegir cuidadosamente nuestras compañías.
El amor cristiano no significa permitir relaciones que dañen nuestra paz interior y nuestra comunión con Dios. Establecer límites saludables es un acto de mayordomía espiritual. Al alejarnos de relaciones tóxicas, creamos espacio para que Dios traiga personas que edifican, animan y nos ayudan a crecer en nuestra fe.
Oración
«Padre Celestial, dame la sabiduría para discernir qué relaciones debo mantener y cuáles debo limitar. Dame el valor para establecer límites saludables y la gracia para hacerlo con amor. Ayúdame a rodearme de personas que me acerquen más a Ti. En el nombre de Jesús, amén.»