Cita bíblica:
Apocalipsis 3:16
«Mas porque eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.«
Reflexión:
En nuestro caminar cristiano, a menudo nos encontramos en una encrucijada espiritual. Por un lado, anhelamos una relación profunda y significativa con Dios; por otro, nos vemos atrapados en la comodidad de una fe tibia. Esta mediocridad espiritual es peligrosa, pues nos aleja del propósito divino para nuestras vidas. Como seguidores de Cristo, estamos llamados a una entrega total, a una pasión ardiente que refleje el amor incondicional de nuestro Salvador. Sin embargo, ¿cuántas veces nos conformamos con menos?
La Biblia nos presenta ejemplos poderosos de aquellos que rechazaron la mediocridad en favor de una fe vibrante. Pensemos en Elías, el profeta cuya dedicación inquebrantable desafió a todo un reino. En el Monte Carmelo, Elías no titubeó al enfrentarse a los profetas de Baal. Su oración ferviente y su confianza absoluta en Dios provocaron una manifestación extraordinaria del poder divino. Este hombre de Dios no se conformó con una fe tibia; por el contrario, su celo por el Señor lo llevó a grandes hazañas espirituales. Su ejemplo nos desafía a abandonar la comodidad y abrazar una fe que mueva montañas.
Reflexionemos: ¿Dónde está nuestro fuego espiritual? La falta de oración apaga nuestra conexión con Dios. La ausencia de ayuno debilita nuestra disciplina espiritual. Sin sacrificio y sumisión, nuestra fe se vuelve superficial. Estas prácticas no son meras tradiciones religiosas, sino canales vitales a través de los cuales experimentamos el poder transformador de Dios. Cuando nos entregamos por completo a Él, descubrimos una vida abundante que supera cualquier expectativa mundana.
En conclusión, Dios nos llama a una vida de excelencia espiritual. No podemos conformarnos con menos de lo que Él desea para nosotros. Superemos la mediocridad, avivemos el fuego de nuestra fe y busquemos una relación íntima y apasionada con nuestro Creador. Que nuestras vidas sean un testimonio ardiente de Su amor y poder, inspirando a otros a buscar una fe genuina y transformadora. Abandonemos la tibieza y abracemos el calor de una vida completamente rendida a Dios.
Oración:
Padre celestial, perdónanos por conformarnos con menos de lo que Tú deseas para nosotros. Enciende en nuestros corazones un fuego inextinguible por Ti. Ayúdanos a superar la mediocridad espiritual y a vivir vidas que reflejen Tu gloria y poder. En el nombre de Jesús, amén.
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