Cita bíblica:
Lucas 9:26-27 Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras, de este se avergonzará el Hijo del Hombre cuando venga en su gloria, y en la del Padre, y de los santos ángeles.
Reflexión:
A menudo, podemos sentir temor de hablar de Jesús por miedo al rechazo o a lo que otros puedan pensar de nosotros. Sin embargo, Jesús nos advierte en Lucas 9:26-27 que si nos avergonzamos de Él y de sus palabras, Él también se avergonzará de nosotros cuando venga en su gloria. Es crucial recordar que nuestra lealtad a Cristo debe superar cualquier temor a la desaprobación humana. Nuestra fe debe ser valiente y visible, reflejando el amor y la verdad de Jesús en todo momento.
Cuando los romanos arrestaron a Jesús, Pedro, uno de sus discípulos más cercanos, se avergonzó y tuvo miedo. Por ese temor, negó a Jesús tres veces. Sin embargo, después de darse cuenta de su error, Pedro se arrepintió de corazón. Este arrepentimiento lo transformó, y se convirtió en uno de los discípulos más importantes, llevando la palabra de Dios a muchas partes del mundo. La historia de Pedro nos muestra que, aunque podemos fallar, el arrepentimiento y la redención son siempre posibles en Cristo.
¿Por qué te avergüenzas de Jesús? ¿Le temes al qué dirán o al rechazo de los demás? No permitas que el miedo te impida compartir las palabras que dan vida y pueden sanar corazones. Jesús nos ha llamado a ser sus testigos, a compartir su amor y su verdad con valentía. Cada vez que hablamos de Jesús, estamos ofreciendo esperanza y luz en un mundo necesitado. No te dejes vencer por el temor; sé valiente en tu fe.
En conclusión, no debemos avergonzarnos de nuestra fe en Jesús. Al contrario, debemos proclamar su nombre con valentía y orgullo. Recordemos que nuestra lealtad a Cristo es más importante que cualquier opinión humana. Al hacerlo, no solo honramos a Dios, sino que también fortalecemos nuestra propia fe y alentamos a otros a seguir a Jesús. Que nuestro testimonio sea un reflejo del amor incondicional y la gracia que hemos recibido.
Oración:
Amado Dios, te pedimos que nos des la valentía para hablar de Jesús sin temor ni vergüenza. Ayúdanos a recordar que nuestra lealtad a Cristo es más importante que cualquier opinión humana. Fortalece nuestra fe para que podamos ser testigos fieles de tu amor y tu verdad. Perdona nuestros momentos de debilidad y guía nuestros pasos para que siempre reflejemos tu luz. En el nombre de Jesús, amén.
Canción Relacionada:
Te recomiendo escuchar «Nunca Me Avergonzaré» por Generación 12
