Cita bíblica:
«¡Ay de aquel que contiende con su Hacedor! ¡Ay del tiesto de barro entre los tiestos de barro de la tierra! ¿Dirá el barro al alfarero: «Qué haces»? ¿O dirá tu obra: «No tiene manos»? – Isaías 45:9
Reflexión:
En este pasaje, el profeta Isaías nos recuerda que somos como tiestos de barro en las manos del alfarero celestial. A menudo nos preguntamos por qué pasan ciertas cosas en nuestras vidas y nos cuestionamos el propósito detrás de nuestras luchas y desafíos. Pero en realidad, nuestro Creador tiene un propósito y un plan divino para nuestras vidas.
Dios no nos ha hecho perfectos, pero Él está continuamente moldeando y transformando nuestras vidas para convertirnos en lo que Él quiere que seamos. Así como el alfarero trabaja el barro para darle forma, Dios trabaja en nuestras vidas para guiarnos hacia nuestro propósito y destino.
Sin embargo, para que Dios pueda trabajar en nosotros, necesitamos estar dispuestos a dejar que Él tenga el control. Necesitamos dejar ir el control y confiar en que Él sabe lo que es mejor para nosotros. Debemos estar dispuestos a someternos a su voluntad y permitir que Él nos moldee.
La buena noticia es que Dios no nos moldea a su antojo, sino que nos moldea con amor y paciencia. Él conoce nuestros límites y nuestras debilidades, y trabaja en nosotros a nuestro propio ritmo. Debemos tener paciencia y confianza en que Él nos llevará al destino que ha diseñado para nosotros.
Oración:
Padre celestial, te agradecemos por ser nuestro alfarero celestial. Sabemos que tienes un plan para nuestras vidas y que trabajas en nosotros para moldearnos y transformarnos. Ayúdanos a confiar en tu plan y a estar dispuestos a someternos a tu voluntad. Danos paciencia y perseverancia para seguir tu guía, sabiendo que eres nuestro creador amoroso y fiel. En el nombre de Jesús, amén.
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