Cita bíblica:
Eclesiástico 37:10 No pidas consejo a tus enemigos, ni cuentes tus planes secretos a quienes te envidian.
Reflexión:
En la travesía de la vida, a menudo ansiamos compartir nuestros sueños y planes con aquellos que nos rodean. Sin embargo, la Palabra nos aconseja sabiamente en Eclesiástico 37:10: «No pidas consejo a tus enemigos, ni cuentes tus planes secretos a quienes te envidian». La envidia y la maldad pueden empañar incluso las intenciones más nobles. Al confiar en Dios y guardar nuestros sueños en silencio, permitimos que Él orqueste nuestro camino.
Un claro ejemplo se encuentra en la vida del rey David. Mientras celebraba sus victorias, Saúl, lleno de envidia, comenzó a resentir el éxito de David. A pesar de la lealtad de David, Saúl maquinó planes para dañarlo. Esta historia destaca cómo compartir demasiado puede despertar la envidia de otros, incluso aquellos cercanos.
Reflexionemos sobre nuestros círculos cercanos. ¿Quiénes son aquellos que genuinamente se regocijan con nuestros logros y sueños? La discreción en nuestras palabras puede preservar la pureza de nuestras intenciones y evitar que la envidia y la discordia se apoderen.
En nuestra jornada, aprendamos a confiar en Dios con nuestros planes. Guardar silencio no significa desconfiar de otros, sino reconocer que Dios conoce nuestros caminos. Que la sabiduría divina guíe nuestras interacciones y proteja la semilla de nuestros sueños.
Oración:
Padre Celestial, encomendamos nuestros planes y sueños en Tus manos sabias. Concédenos discernimiento para compartir con aquellos que buscan nuestro bien y guíanos para proteger lo que nos has confiado. En el nombre de Jesús, nuestro Señor, oramos. Amén.
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