Cita bíblica:
Isaías 59:2 pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír.
Reflexión:
Isaías 59:2 nos advierte que el pecado crea una barrera entre nosotros y Dios, oscureciendo Su rostro para no oír nuestras oraciones. Este versículo revela cómo el pecado puede llegar a apoderarse de nosotros, llevándose consigo la luz de nuestra conciencia.
El trágico relato de Sodoma y Gomorra ilustra cómo la persistencia en el pecado puede adormecer la conciencia. A pesar de la decadencia moral, la gente de estas ciudades consideraba sus acciones como normales. Su conciencia estaba tan afectada que ya no discernían entre lo correcto y lo incorrecto.
Reflexionemos sobre nuestras propias vidas. ¿Hemos permitido que el pecado oscurezca nuestra conciencia al punto de justificar lo que sabemos que está mal? La conciencia es un regalo divino para discernir la verdad, pero el pecado puede entorpecer ese discernimiento.
Aunque el pecado pueda haber oscurecido nuestra conciencia, hay esperanza en la restauración a través del arrepentimiento. Dios está listo para escucharnos y renovarnos. Busquemos la luz divina para iluminar nuestra conciencia y restaurar nuestra comunión con Él.
Oración:
Padre celestial, reconocemos que el pecado puede oscurecer nuestra conciencia. Perdónanos y restaura nuestra relación contigo. Que tu luz ilumine nuestro ser, guiándonos hacia una vida en comunión contigo. En el nombre de Jesús, amén.
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