Cita bíblica:
«Tú me ceñiste de fuerzas para la batalla; has hecho que se inclinen bajo mí los que se levantaban contra mí.» – Salmos 18:39 (RVR1960)
Reflexión:
En este versículo, el salmista David nos recuerda que es Dios quien nos provee la fuerza para enfrentar nuestras batallas. Cuando confiamos en Él, nos equipa y fortalece para vencer las adversidades que se presentan en nuestra vida. Es en Dios donde encontramos la victoria y el consuelo, sabiendo que Él está siempre a nuestro lado, luchando nuestras batallas con nosotros.
Conozcamos el testimonio inspirador de Carla, una mujer valiente que encontró en Dios el poder para enfrentar sus propias luchas.
Carla es una madre amorosa y dedicada, pero su matrimonio enfrentó dificultades desgarradoras cuando descubrió que su esposo le fue infiel repetidamente. El dolor y la desilusión la abrumaron, pero Carla decidió buscar refugio en Dios y confiar en que Él pelearía sus batallas. A través de la oración y la lectura de la Palabra, Carla encontró fortaleza y sanidad en el Señor. A pesar de las circunstancias difíciles, mantuvo su fe en Dios y permitió que Él dirigiera su camino. Con el tiempo, Carla encontró paz y una nueva esperanza en su vida y en la crianza de sus hijos, sabiendo que Dios la estaba sosteniendo en cada paso del camino.
Al igual que Carla, cada uno de nosotros puede confiar en Dios para que pelee nuestras batallas y nos brinde la victoria.
En Salmos 18:39, aprendemos que Dios es quien nos provee la fuerza para enfrentar nuestras luchas. Confiar en Él nos permite superar situaciones difíciles y encontrar esperanza en medio de la adversidad. Así como Carla experimentó la fidelidad y el poder de Dios en su vida, también podemos experimentar Su amor y cuidado en nuestras propias circunstancias. Que recordemos siempre que no estamos solos, Él pelea nuestras batallas y nos sostiene con Su mano poderosa.
Oración:
Amado Dios, gracias por ser el Dios que pelea mis batallas y me da la fuerza para enfrentar cualquier desafío. Te entrego mis luchas y dificultades, confiando en que tú estás a mi lado en todo momento. Fortaléceme en mi fe y ayúdame a encontrar consuelo y esperanza en ti. Que tu amor y poder me guíen en cada paso de mi vida. En el nombre de Jesús, Amén.