Cita bíblica:
«¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿Quién contra nosotros?» (Romanos 8:31)
Reflexión
En la vida, a menudo enfrentamos desafíos, adversidades y momentos de incertidumbre. Parece que las circunstancias están en nuestra contra y no tenemos fuerzas para afrontarlas. Sin embargo, como creyentes, tenemos una cierta promesa en la Palabra de Dios: ¡Él está de nuestro lado!
El apóstol Pablo, en su carta a los Romanos, nos recuerda esta poderosa verdad. Él nos pregunta: “Si Dios es por nosotros, ¿Quién contra nosotros? Esta pregunta retórica nos hace reflexionar sobre el amor y el poder de nuestro Dios. Si el Creador del universo está de nuestro lado, ¿Qué hay que temer?
En tiempos de adversidad, duda o miedo, es importante recordar quién es Dios y cuánto nos ama. Él es el Dios todopoderoso que venció la muerte y nos dio la vida eterna por medio de Jesucristo. No importa cuán grandes sean los desafíos que enfrentemos, podemos confiar en que Dios tiene el control y lucha por nosotros en nuestras batallas.
Imagina este ejemplo cotidiano: estás pasando por un período financiero difícil. Los gastos se acumulan, la deuda se acumula y el futuro parece incierto. En medio de esta situación, puedes recordar la promesa de Romanos 8:31 y decir con confianza: “Si Dios es por mí, ¿quién contra mí? Sabes que tu fe no está en tus propias habilidades o recursos, sino en el poder de Dios para proveer y abrir puertas. Puedes orar con fe y encontrar soluciones sabiendo que Dios siempre está contigo.
En nuestra vida espiritual, también enfrentamos batallas contra el pecado, la tentación y batallas contra nuestra propia naturaleza humana. En tiempos como estos, podemos confiar en que Dios está con nosotros, listo para ayudarnos y crecer en santidad. Él nos fortalece con Su Espíritu Santo y nos ayuda a vivir una vida que lo honre.
Oración:
Padre celestial, te agradecemos porque estás de nuestro lado. Gracias por tu amor incondicional y por pelear nuestras batallas. En los momentos de dificultad, miedo o duda, te pedimos que nos ayudes a recordar tu promesa en Romanos 8:31. Fortalécenos con tu Espíritu Santo, renueva nuestra fe y confianza en ti. Que nuestra vida sea un testimonio de tu amor y poder para vencer cualquier obstáculo. Ayúdanos a vivir en victoria, sabiendo que tú eres por nosotros. En el nombre de Jesús, amén.