Cita bíblica:
Mateo 6:19-20: «No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan.»
Reflexión:
En nuestro caminar diario, frecuentemente nos encontramos en una encrucijada entre lo útil y lo valioso. Lo útil nos proporciona comodidad temporal, mientras que lo valioso alimenta nuestra alma eternamente. Como siervos de Dios, debemos aprender a discernir entre estas dos dimensiones, reconociendo que muchas veces lo que parece imprescindible para nuestro día a día puede estar alejándonos de lo verdaderamente significativo en nuestra vida espiritual.
Recordemos la historia de María y Marta en Lucas 10:38-42. Mientras Marta se afanaba con los quehaceres útiles de la casa, María eligió sentarse a los pies de Jesús, escogiendo lo valioso. Cuando Marta se quejó, Jesús le respondió: «Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Pero solo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada.» Este pasaje nos muestra claramente la diferencia entre ocuparnos de lo útil y privilegiar lo valioso.
¿Cuántas veces hemos sacrificado momentos invaluables por perseguir lo útil? Los abrazos de nuestros hijos, las conversaciones profundas con amigos, el tiempo de oración, son tesoros que no tienen precio. El dinero puede comprar una casa, pero no un hogar; puede pagar una cena, pero no la comunión familiar. Lo valioso reside en esos momentos que nutren nuestra alma y fortalecen nuestros lazos con Dios y con nuestros seres queridos.
Al final del día, lo que verdaderamente importa no se mide en términos de utilidad sino en valor eterno. Debemos aprender a invertir nuestro tiempo, energía y recursos en aquello que trasciende lo temporal. Las relaciones auténticas, el crecimiento espiritual y el amor incondicional son tesoros que ni la polilla ni el orín pueden corromper.
Oración
Padre Celestial, ayúdanos a discernir entre lo útil y lo valioso. Danos sabiduría para invertir nuestro tiempo en lo que verdaderamente importa. Que nuestros ojos estén fijos en los tesoros eternos y no en las comodidades temporales. En el nombre de Jesús, amén.