Cita bíblica:
Lucas 6:45
El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo que es bueno; y el {hombre} malo, del mal {tesoro} saca lo que es malo; porque de la abundancia del corazón habla su boca.
Reflexión:
El corazón humano refleja su verdadera naturaleza a través de las palabras y pensamientos. Lucas 6:45 nos enseña que «de la abundancia del corazón habla la boca.» Cuando nuestros pensamientos están llenos de sospecha, juicio o maldad, es un indicio de que hay aspectos no resueltos en nuestro interior. Sin embargo, Dios nos ofrece sanidad y renovación. A través de la oración y la meditación en Su Palabra, podemos transformar nuestro corazón y, en consecuencia, nuestros pensamientos y palabras. Es un proceso que requiere humildad y sinceridad, reconociendo nuestras fallas y pidiendo a Dios que nos purifique.
En la Biblia, uno de los personajes que muestra actitudes de malpensado es Eliab, el hermano mayor de David. Cuando David llega al campamento israelita para llevar comida a sus hermanos y escucha las amenazas de Goliat, muestra interés en enfrentarlo. Eliab, al ver a David, lo reprende y cuestiona sus motivos, insinuando que David está allí por arrogancia y para ver la batalla por simple curiosidad. Este juicio injusto revela las inseguridades y celos en el corazón de Eliab, que no podía ver la verdadera intención y valentía de su hermano. La historia de Eliab nos recuerda que nuestros juicios a menudo reflejan nuestras propias luchas internas.
¿Qué tenemos en nuestro corazón que todavía somos malpensados? Ya sea con cosas de doble sentido, pensando cosas que no son de los demás, suponiendo situaciones negativas que en general no son así, debemos pedirle a Dios que cambie todo eso. Nuestras mentes y corazones deben ser purificados para que nuestros pensamientos sean buenos y edificantes. El proceso de sanación empieza al reconocer nuestras faltas y entregarlas a Dios, permitiendo que Su amor y gracia llenen cada rincón de nuestro ser. Al hacerlo, nos convertimos en personas que reflejan la bondad y la pureza de Cristo.
Los pensamientos y palabras negativas son un reflejo de un corazón que necesita sanidad. A través del ejemplo de Eliab, aprendemos que los juicios injustos y las suposiciones erróneas provienen de inseguridades y celos internos. La solución está en permitir que Dios transforme nuestro corazón, llenándolo de Su amor y verdad. Al hacerlo, nuestros pensamientos y palabras se alinearán con la bondad y la gracia de Dios, impactando positivamente nuestras vidas y las de quienes nos rodean.
Oración:
Señor, te pedimos que examines nuestro corazón y reveles cualquier pensamiento negativo o juicio malintencionado que tengamos. Transforma nuestro interior con Tu amor y gracia, para que nuestros pensamientos y palabras reflejen Tu bondad. Ayúdanos a ver a los demás con compasión y a hablar siempre con integridad y amor. En el nombre de Jesús, amén.
Canción Relacionada:
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