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Cita bíblica:

«Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.» – Colosenses 3:2 (RVR1960)

Reflexión

La historia del pueblo de Israel nos ofrece una poderosa lección sobre las distracciones del mundo y el peligro de apartarnos de Dios. En numerosas ocasiones, vemos cómo el pueblo elegido por Dios se dejó llevar por las tentaciones del mundo, olvidando su deber de adorar al único Dios verdadero.

En el libro del Éxodo, durante la ausencia de Moisés en el monte Sinaí, el pueblo de Israel se entregó a la idolatría, creando un becerro de oro para adorarlo en lugar de esperar a Moisés y seguir a Dios. Este acto de desobediencia revela cómo las distracciones del mundo pueden alejarnos de la verdadera adoración y el propósito divino.

Así como el pueblo de Israel cayó en la trampa de las distracciones mundanas, nosotros también enfrentamos la tentación de desviarnos de nuestro camino espiritual y buscar la satisfacción en cosas temporales. En lugar de invertir nuestro tiempo y energía en las cosas celestiales, nos dejamos llevar por las preocupaciones terrenales, las ambiciones egoístas y las falsas promesas de placer.

Sin embargo, la Palabra de Dios nos llama a apartarnos de las distracciones del mundo y a enfocarnos en las cosas que tienen valor eterno. Como dice Colosenses 3:2: «Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra». Debemos recordar que nuestra verdadera satisfacción y plenitud se encuentran en una relación íntima con Dios y en cumplir Su voluntad en nuestras vidas.

Que este ejemplo del pueblo de Israel nos inspire a examinar nuestras propias vidas y a redirigir nuestro enfoque hacia las cosas celestiales. Que busquemos primero el reino de Dios y Su justicia, sabiendo que Él suplirá todas nuestras necesidades. Que nuestras acciones y decisiones reflejen nuestra prioridad de honrar a Dios en todo momento y en todas las áreas de nuestra vida.

Oración:

Padre celestial, te agradecemos por tu amor y gracia al permitirnos buscar y cultivar las cosas del cielo. Ayúdanos a volvernos siempre hacia Ti ya reconocer lo que nos separa de Tu voluntad. Deja que tu Espíritu Santo nos guíe y nos fortalezca en el camino para llegar a ser completos en Cristo. Que nuestras acciones, palabras y pensamientos reflejen nuestra pasión por ti y tu reino. En el nombre de Jesús, Amén.

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