Cita bíblica:
Salmo 3:5, «Yo me acosté y me dormí; desperté, pues el SEÑOR me sostiene»
Reflexión:
Al despertar, recordemos la promesa del Salmo 3:5, «Yo me acosté y me dormí; desperté, pues el SEÑOR me sostiene». Este día no es solo un regalo, es una oportunidad divina. Agradezcamos a Dios por el simple acto de abrir nuestros ojos. El Señor nos sostiene desde el momento en que cerramos los ojos hasta que los abrimos de nuevo.
Recordemos a Jesús, quien en su tiempo en la tierra no solo cumplió su misión con pasión, sino que también aprovechó cada día al máximo. En sus viajes, enseñanzas y milagros, nos dejó un ejemplo de vivir plenamente. Agradecía al Padre celestial por cada momento. Así como Jesús aprovechaba cada día, aprendamos a valorar la vida y agradecer a Dios por la oportunidad de experimentarla.
Reflexionemos sobre cómo a veces damos por sentadas las pequeñas bendiciones diarias. ¿Cuántas veces hemos olvidado agradecer por la habilidad de abrir nuestros ojos cada mañana? Este día es un regalo divino, y cada momento es una oportunidad para experimentar la gracia de Dios.
No desperdiciemos esta nueva oportunidad. Agradezcamos y vivamos este día al máximo, llevando nuestra gratitud a cada actividad. Que la alegría de saber que Dios nos sostiene nos guíe y nos llene de energía positiva.