Cita bíblica:
«Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides ninguno de sus beneficios. Él perdona todas tus iniquidades, y sana todas tus dolencias; Él rescata tu vida del sepulcro, te corona de amor y compasión.» (Salmo 103:2-4)
Reflexión:
Este año, al reflexionar sobre nuestro camino, encontramos un río de gracias que fluye desde la mano generosa de Dios. Hemos sido librados de situaciones que parecían insuperables, hemos experimentado la provisión divina en cada área de nuestras vidas. Aunque el camino tuvo sus desafíos, vemos el amor fiel de Dios en cada paso. Recordamos a aquellos que partieron, agradecemos por el tiempo compartido y confiamos en la promesa de un reencuentro. Incluso en los momentos difíciles, Dios ha obrado para nuestro bien. Agradecemos por lo que aprendimos, por cómo crecimos, y reconocemos que Su gracia ha sido suficiente.
Al cerrar este capítulo y anticipar el próximo, elevamos nuestras peticiones al trono del Todopoderoso. Pedimos al Señor que, en el próximo año, Su presencia sea nuestra guía constante, que cada paso que demos esté marcado por Su sabiduría. Que, en nuestras decisiones, reflejemos la luz de Su verdad. Oramos por la protección divina sobre nuestros seres queridos, por Su bendición que enriquece y por la prosperidad que emana de Su mano. Que el próximo año sea un testimonio viviente de Su amor, y que nuestras vidas sean un reflejo radiante de Su gloria. Con esperanza y confianza, nos encomendamos al Creador de los cielos y de la tierra, sabiendo que Su bondad nos seguirá todos los días de nuestra vida.