Devocional 1 de octubre de 2025: «La Violencia: El Lenguaje de los Impíos.»

Escucha o descarga el devocional y comparte!

Cita bíblica:

Los deseos del perezoso le matan, porque sus manos no quieren trabajar. Hay quien todo el día codicia; pero el justo da, y no detiene su mano. – Proverbios 21:25-26

Reflexión:

A lo largo de la historia de la humanidad, hemos sido testigos de un patrón inquietante pero revelador: cuando los argumentos fallan, la fuerza bruta suele tomar su lugar. Esta realidad no es nueva ni exclusiva de nuestra época; de hecho, las Escrituras nos muestran claramente que es una característica distintiva de aquellos cuyo corazón se aleja de los caminos de Dios. En Proverbios encontramos sabiduría antigua pero eternamente relevante que ilumina esta verdad. Mientras que el justo busca la paz, el diálogo y la verdad, aquellos que se aferran a motivos malvados frecuentemente recurren a la intimidación, la amenaza y la violencia como medio para imponer sus voluntades. Esta diferencia fundamental revela no solo distintas estrategias, sino también corazones con valores completamente opuestos. Por lo tanto, es esencial que como seguidores de Cristo, entendamos esta dinámica para responder apropiadamente.

whatsapp_channel

Un ejemplo poderoso de esta realidad lo encontramos en la historia de la reina Jezabel, esposa del rey Acab de Israel. Cuando Jezabel decidió establecer el culto a Baal como religión dominante en Israel, no recurrió al diálogo, la persuasión o el testimonio de la supuesta bondad de sus dioses. En lugar de ello, desató una violenta persecución contra los profetas de Dios, como se relata en 1 Reyes 18:4: «Porque cuando Jezabel destruía a los profetas de Jehová, Abdías tomó a cien profetas y los escondió de cincuenta en cincuenta en cuevas, y los sustentó con pan y agua». Su metodología revelaba la debilidad inherente de sus creencias: incapaz de defender su posición mediante la verdad, recurrió a la eliminación sistemática de quienes representaban la verdad divina. Este patrón se repitió cuando, enfurecida por el triunfo de Elías sobre los profetas de Baal en el Monte Carmelo, inmediatamente amenazó con matarlo (1 Reyes 19:2), demostrando que su único argumento era la intimidación y la violencia. La historia de Jezabel nos muestra que cuando la maldad no puede prevalecer mediante la verdad, busca imponerse mediante la fuerza.

En nuestra sociedad contemporánea, observamos con preocupación cómo este patrón continúa manifestándose. Aquellos que se oponen a los valores cristianos frecuentemente recurren a la intimidación, la cancelación cultural, e incluso la agresión física para silenciar las voces de la verdad bíblica. No es casualidad que muchas ideologías anti-cristianas no busquen el debate respetuoso o el intercambio de ideas, sino que prefieran la descalificación, la censura o incluso la violencia. Esta realidad debe alertarnos: cuando vemos que un movimiento necesita recurrir consistentemente a tácticas violentas o coercitivas, probablemente estamos ante un indicio de que sus argumentos carecen de la solidez de la verdad. Como seguidores de Cristo, debemos discernir estos patrones y reconocer que la violencia como método de persuasión es incompatible con el Reino de Dios, que avanza no mediante la imposición forzada, sino a través del poder transformador del amor.

¿Qué podemos aprender de estas observaciones? Primero, que la violencia como herramienta de persuasión revela inseguridad en las propias convicciones. Segundo, que como cristianos estamos llamados a un estándar completamente diferente: «La sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna» (Santiago 3:17). No debemos imitar los métodos del mundo, aun cuando enfrentemos oposición. Tercero, que la prevalencia de la violencia como argumento es señal de los tiempos finales, donde «el amor de muchos se enfriará» (Mateo 24:12). Como seguidores de Cristo, nuestra respuesta debe ser permanecer firmes en la verdad sin adoptar los métodos de aquellos que se oponen a ella. La victoria final no pertenece a quienes gritan más fuerte o atacan más violentamente, sino a la Verdad misma, que es Cristo, quien vence no mediante la fuerza sino mediante el sacrificio de amor más grande que la historia ha conocido.

Oremos juntos:

Padre Celestial, te agradecemos por revelarnos en tu Palabra la naturaleza de la verdad y la mentira. En un mundo donde la violencia a menudo se utiliza para silenciar la verdad, te pedimos sabiduría para discernir los espíritus y valentía para permanecer firmes en tus caminos. Ayúdanos a no responder a la hostilidad con las mismas armas del enemigo, sino a imitar a Cristo, quien respondió a la violencia con amor sacrificial. Danos palabras de vida cuando seamos desafiados y fortalece a tus hijos que enfrentan persecución alrededor del mundo. Que nuestro testimonio sea como el de Esteban, quien incluso mientras era apedreado, reflejaba la gloria de tu Hijo. En estos tiempos turbulentos, que la iglesia brille con la luz del amor y la verdad que solo provienen de Ti. En el nombre de Jesús, quien venció al mundo no con violencia sino con amor, oramos. Amén.

Video relacionado:

Publicidad

Deja un comentario

Este sitio usa cookies para una mejor experiencia del usuario.    Más información
Privacidad
Secured By miniOrange