Devocional 7 de agosto de 2025: «La Gota que Derramó la Copa: Sanar las Emociones Reprimidas.»

Escucha o descarga el devocional y comparte!

Cita bíblica:

La blanda respuesta quita la ira; Mas la palabra áspera hace subir el furor. – Proverbios 15:1

Reflexión:

En nuestra vida cotidiana, a menudo nos encontramos reprimiendo emociones para mantener la paz o para evitar conflictos. Sin embargo, lo que parece ser una solución temporal puede convertirse en una bomba de tiempo. Al igual que un vaso de agua que lentamente se va llenando, nuestras emociones no expresadas se acumulan dentro de nosotros hasta que, finalmente, llega «la gota que derrama la copa». Esto no solo afecta nuestra salud mental, sino que también puede deteriorar nuestras relaciones interpersonales y nuestra conexión con Dios. Por lo tanto, es fundamental aprender a reconocer y expresar nuestras emociones de manera saludable y oportuna.

whatsapp_channel

Observemos la vida del rey David, un hombre conforme al corazón de Dios, quien no ocultaba sus emociones. En los Salmos, encontramos a David expresando con total honestidad su ira, tristeza, frustración y alegría ante Dios. Por ejemplo, en Salmo 55:2, David clama: «Estoy inquieto en mi queja, y me angustio». En lugar de reprimir lo que sentía, David llevaba sus emociones al Señor. Esta honestidad emocional le permitió mantener una relación íntima con Dios a pesar de sus luchas. David nos enseña que expresar nuestras emociones no es señal de debilidad, sino de sabiduría y valentía. Su ejemplo nos muestra que Dios puede manejar nuestras emociones, incluso las más intensas.

Reflexionemos por un momento: ¿Cuántas veces has sonreído mientras por dentro sentías enojo? ¿Cuántas lágrimas has contenido para parecer fuerte? Este hábito de reprimir emociones es como construir una represa que eventualmente cederá bajo presión. La Palabra de Dios nos invita a ser auténticos, a practicar una comunicación honesta y oportuna. Cuando almacenamos ira, resentimiento o tristeza, no solo dañamos nuestras relaciones sino también nuestro cuerpo físico, ya que estas emociones reprimidas pueden manifestarse como problemas de salud. El estrés crónico asociado con emociones no procesadas puede debilitar nuestro sistema inmunológico y afectar nuestro bienestar general.

La sanidad emocional comienza con el reconocimiento y la expresión adecuada de lo que sentimos. Jesús mismo expresó emociones: lloró por la muerte de Lázaro, mostró indignación ante la injusticia en el templo, y expresó su angustia en Getsemaní. No debemos temer a nuestras emociones, sino aprender a gestionarlas con la sabiduría que viene de Dios. Proverbios nos enseña que «la blanda respuesta quita la ira», lo que significa que expresar nuestros sentimientos de manera apropiada y en el momento oportuno puede prevenir explosiones emocionales destructivas. Al practicar la comunicación asertiva y la introspección regular, podemos evitar que se acumulen emociones negativas que eventualmente podrían desbordar nuestra copa.

Oremos juntos:

Padre Celestial, te agradezco por las emociones que has puesto en mi corazón. Ayúdame a reconocerlas, entenderlas y expresarlas de manera saludable. Dame valentía para ser honesto con mis sentimientos ante ti y ante los demás. Guíame para que pueda comunicar mis emociones sin herir a quienes me rodean. Sana aquellas heridas emocionales que he guardado en silencio y enséñame a vivir en la libertad emocional que Jesús me ofrece. En Su precioso nombre oro, amén.

Video relacionado:

«No Hay Lugar Más Alto» de Miel San Marcos – una canción que nos recuerda que podemos llevar todas nuestras emociones a los pies de Jesús.

Publicidad

Deja un comentario

Este sitio usa cookies para una mejor experiencia del usuario.    Más información
Privacidad
Secured By miniOrange