Cita bíblica:
«Te repito: sé fuerte y valiente. No tengas miedo ni te desanimes porque el SEÑOR tu Dios estará contigo donde quiera que vayas». (Josué 1:9)
Reflexión:
¿Cuántas veces te has sentido paralizado por el miedo ante los desafíos de la vida? Quizás hoy enfrentas una situación que parece superar tus fuerzas: una enfermedad, problemas financieros, la restauración de una relación quebrantada o decisiones importantes que definirán tu futuro. El miedo es una respuesta natural a lo desconocido, pero Dios nos recuerda, como lo hizo con Josué, que no debemos permitir que este sentimiento domine nuestras acciones. La valentía que Dios nos pide no es ausencia de temor, sino la decisión de avanzar a pesar de él, sostenidos por la promesa divina más poderosa: Su presencia constante. No estás solo en la batalla que enfrentas; el Creador del universo camina junto a ti, sosteniéndote con su mano poderosa y guiando cada uno de tus pasos.
Recordemos a Gedeón, un hombre ordinario escondido en un lagar, temeroso de los madianitas que oprimían a Israel. Cuando el ángel del Señor lo llamó «valiente guerrero» en Jueces 6:12, probablemente pensó que era una cruel ironía. ¿Cómo podía él, el menor de una familia insignificante, liberar a una nación entera? Sus primeras palabras reflejaron duda, no valentía. Sin embargo, Dios vio más allá de sus limitaciones y temores. «Ve con la fuerza que tienes», le dijo, «¿No soy yo quien te envía?» (Jueces 6:14). A pesar de sus peticiones de señales y su inseguridad persistente, Dios trabajó pacientemente con él. Con un ejército reducido de 300 hombres frente a una multitud «numerosa como langostas» (Jueces 7:12), Gedeón experimentó cómo la presencia de Dios transformó su debilidad en victoria extraordinaria. No fue su capacidad sino la compañía divina lo que definió el resultado.
Esta misma promesa es para ti hoy. Quizás te sientes completamente inadecuado para la misión que tienes delante, tal como Gedeón. Tus recursos parecen insuficientes, tus habilidades limitadas y los obstáculos, gigantescos. Pero el Dios que transformó a un temeroso agricultor en un poderoso libertador quiere hacer lo mismo contigo. Su mensaje resuena a través de los siglos: «No tengas miedo ni te desanimes». No porque el camino esté libre de dificultades, sino porque Él estará contigo en cada paso. La garantía de su presencia es más valiosa que cualquier preparación, recurso o habilidad que pudieras poseer. Cuando sientas que las fuerzas te abandonan, recuerda: no avanzas con tu propio poder sino con el de Aquel que prometió nunca dejarte.
🙏Oremos Juntos:
Padre Celestial, reconozco que muchas veces el miedo paraliza mi corazón y me impide avanzar en el propósito que has establecido para mí. Gracias por recordarme, como lo hiciste con Josué y Gedeón, que tu presencia es la garantía de victoria en cada batalla. Hoy decido ser fuerte y valiente, no por mi capacidad sino porque confío en tu promesa de estar conmigo dondequiera que vaya. Transforma mis debilidades en oportunidades para mostrar tu gloria. Cuando el desánimo quiera dominarme, ayúdame a recordar que nunca camino solo. En el nombre poderoso de Jesús, amén.