Cita bíblica:
1 Juan 2:15 «No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.»
Reflexión:
En nuestro caminar diario, frecuentemente nos encontramos seducidos por las promesas vacías del mundo. Sin embargo, debemos recordar que todo lo que el mundo ofrece es temporal y efímero. A menudo, corremos tras riquezas, fama y placeres momentáneos, pero estas búsquedas solo nos dejan con un vacío espiritual más profundo. Como siervos de Dios, necesitamos comprender que las verdaderas bendiciones no provienen de lo material, sino de nuestra relación con el Padre Celestial.
La historia del hijo pródigo nos ilustra perfectamente esta verdad. Este joven, cegado por los aparentes tesoros del mundo, abandonó la casa de su padre en busca de placeres terrenales. El mundo le prometió felicidad, pero solo le dio dolor y vacío. Después de perderlo todo, comprendió que la verdadera riqueza estaba en el amor de su padre. Esta parábola nos enseña que el mundo puede ofrecernos espejismos de felicidad, pero al final, solo el amor del Padre puede satisfacer verdaderamente nuestro corazón.
Querido hermano, detente y contempla: ¿Cuántas veces has perseguido las promesas vacías del mundo? Todo lo que el mundo ofrece es pasajero y superficial. En cambio, el amor de Dios es eterno y verdadero. Las riquezas espirituales que Él nos ofrece son incomparables con cualquier tesoro terrenal. No permitas que el brillo temporal del mundo opaque la luz eterna de Dios en tu vida.
El mundo puede quitarnos todo, pero jamás podrá arrebatarnos el amor de Dios. Cuando entendemos esta verdad, comenzamos a vivir con una perspectiva eterna. Las promesas de Dios son inquebrantables, y Su amor es incondicional. Elijamos hoy depositar nuestras esperanzas en lo eterno y no en lo temporal, recordando que solo en Dios encontramos la verdadera plenitud.
Oración
Padre amado, ayúdanos a no ser seducidos por las promesas vacías del mundo. Llena nuestro corazón con Tu amor eterno y ayúdanos a encontrar nuestra satisfacción completa en Ti. Que podamos ver con claridad que solo Tú puedes dar verdadero sentido a nuestra vida. En el nombre de Jesús, amén.»