Cita bíblica:
Genesis 2:18 Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él.
Reflexión
En el jardín del Edén, Dios declaró: «No es bueno que el hombre esté solo». Esta afirmación revela el corazón de nuestro Creador, quien comprende nuestra necesidad innata de compañía y conexión. Sin embargo, en nuestra sociedad actual, la soltería a menudo se percibe como una carga o una etapa de espera. No obstante, es crucial recordar que Dios, en Su infinita sabiduría, tiene un propósito para cada estación de nuestra vida. La soltería no es un castigo, sino una oportunidad para crecer, madurar y prepararnos para el plan divino que Dios tiene reservado para nosotros.
Consideremos el ejemplo de Isaac en la Biblia. Génesis nos relata cómo Abraham envió a su siervo para encontrar una esposa para Isaac. Mientras tanto, Isaac esperaba pacientemente, confiando en el plan de Dios. Cuando Rebeca finalmente llegó, Isaac la recibió como un regalo divino. Esta historia nos enseña que la espera, cuando está fundamentada en la confianza en Dios, puede culminar en una bendición más grande de lo que podríamos imaginar. Isaac no se apresuró ni tomó el asunto en sus propias manos, sino que permitió que Dios obrara en Su tiempo perfecto.
Reflexionemos sobre cómo estamos utilizando nuestro tiempo de soltería. ¿Estamos enfocados únicamente en encontrar pareja, o estamos aprovechando esta temporada para crecer espiritualmente y desarrollar nuestros dones? Dios desea que tengamos una «ayuda idónea», pero también quiere que nos convirtamos en la persona correcta para alguien más. Este período es una oportunidad preciosa para fortalecer nuestra relación con Él y prepararnos para las responsabilidades que vienen con el matrimonio.
En conclusión, la promesa de Dios de una compañía adecuada sigue vigente hoy. Mientras esperamos, cultivemos un corazón de gratitud por el presente y de esperanza por el futuro. La soltería no es un estado de carencia, sino una etapa de preparación y crecimiento. Confiemos en que Dios, quien conoce nuestros deseos más profundos, está trabajando incluso cuando no podemos verlo, para traer a nuestras vidas esa ayuda idónea en el momento perfecto.
Oración:
Padre celestial, te agradecemos por tu promesa de compañía. Ayúdanos a confiar en tu tiempo perfecto y a utilizar nuestra soltería para crecer en ti. Prepara nuestros corazones y guíanos hacia la persona que has destinado para nosotros. En el nombre de Jesús, amén.
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