Cita bíblica:
«¿Hay algo imposible para el Señor? De aquí a un año, en el tiempo señalado, volveré a visitarte, y Sara tendrá un hijo.» – Génesis 18:14 (NVI)
Reflexión
Meditemos hoy en esta poderosa pregunta que Dios mismo plantea: «¿Hay algo imposible para el Señor?» Esta interrogante no solo fue relevante para Abraham y Sara, sino que resuena a través de los siglos hasta nuestros días.
En un mundo donde a menudo nos enfrentamos a limitaciones y obstáculos, es fácil olvidar que servimos a un Dios para quien no existen imposibles. Desde la creación del universo hasta la resurrección de Jesús, la Biblia está llena de ejemplos del poder sobrenatural de Dios obrando en situaciones aparentemente imposibles.
La historia de Abraham y Sara es un testimonio vivo de este poder. Una pareja anciana, más allá de la edad de concebir, recibe la promesa de un hijo. Lo que para la lógica humana era imposible, para Dios era una oportunidad de manifestar Su gloria. Esta promesa no solo se cumplió con el nacimiento de Isaac, sino que también prefiguró el milagro aún mayor de la venida del Mesías.
Sin embargo, a menudo nos encontramos dudando, como Sara, que rio incrédula ante la promesa de Dios. En nuestras propias vidas, enfrentamos situaciones que parecen insuperables:
- Una enfermedad que los médicos declaran incurable.
- Una relación rota que parece irreparable.
- Una situación financiera que no ve salida.
- Un sueño que parece inalcanzable.
En estos momentos, Dios nos invita a elevar nuestra mirada más allá de nuestras circunstancias y fijarla en Él. Nos desafía a creer que, así como hizo brotar vida del vientre estéril de Sara, puede traer sanidad, restauración, provisión y cumplimiento de sueños en nuestras vidas.
Recordemos que los milagros de Dios no siempre se manifiestan de la manera que esperamos o en el tiempo que deseamos. A veces, el milagro es un cambio en nuestra perspectiva, una paz inexplicable en medio de la tormenta, o la fuerza para perseverar cuando todo parece perdido.
La clave está en mantener nuestra fe viva, confiando en que el mismo Dios que creó el universo con Su palabra, que partió el Mar Rojo, que resucitó a Lázaro y que venció a la muerte en la cruz, sigue obrando hoy. Él es el mismo ayer, hoy y por los siglos.
Que esta verdad renueve nuestra esperanza y fortalezca nuestra fe. No hay nada imposible para nuestro Dios.
Oración:
Padre Celestial, te alabamos porque eres el Dios de lo imposible. Perdónanos por las veces que hemos limitado tu poder con nuestra incredulidad. Aumenta nuestra fe para creer que puedes hacer mucho más de lo que pedimos o entendemos. En las situaciones que parecen sin solución, ayúdanos a confiar en tu poder sobrenatural. Que nuestras vidas sean un testimonio de tus milagros, para tu gloria. En el nombre de Jesús, Amén.
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