Cita bíblica:
Efesios 4:18
Entenebrecidos en su entendimiento, excluidos de la vida de Dios por causa de la ignorancia que hay en ellos, por la dureza de su corazón.
Reflexión:
Efesios 4:18 nos advierte sobre la ignorancia que oscurece el entendimiento y excluye a las personas de la vida de Dios. En un mundo donde la verdad a menudo es rechazada, es fácil encontrar corazones endurecidos que prefieren la oscuridad a la luz. Sin embargo, como seguidores de Cristo, estamos llamados a vivir en la verdad y a compartirla con amor y respeto. Aunque la verdad pueda ser ofensiva para algunos, debemos mantener una actitud de compasión, recordando que el amor es el camino hacia la restauración.
Un ejemplo claro lo encontramos en Esteban, uno de los primeros mártires de la iglesia cristiana. En Hechos 7, Esteban predica la verdad con valentía frente al Sanedrín, exponiendo su ignorancia y dureza de corazón. A pesar de que sus palabras fueron ofensivas para sus oyentes, Esteban no cedió a la presión y, con un espíritu lleno de gracia, continuó proclamando la verdad hasta el final. Incluso en sus últimos momentos, pidió a Dios que perdonara a quienes lo apedreaban, demostrando que la verdad, aunque confrontativa, siempre debe ir acompañada de amor y perdón.
En un mundo saturado de ideologías contrarias a la Palabra de Dios, muchos intentan desvirtuar la fe y ridiculizar nuestra manera de pensar. La verdad de las Escrituras es ofensiva para aquellos que se aferran a la ignorancia y el pecado, pues desafía sus creencias y estilo de vida. Sin embargo, es fundamental que respondamos con amor y compasión, tal como Jesús lo hizo. No debemos caer en la confrontación agresiva, sino ser un reflejo del amor de Cristo, mostrando la verdad con respeto y humildad, buscando la restauración de aquellos que están perdidos.
Huir de la ignorancia y abrazar la verdad requiere valentía y discernimiento. Aunque el mundo se oponga a la luz del Evangelio, no podemos comprometer la verdad por temor a ofender. Al mismo tiempo, es crucial que nuestro testimonio esté impregnado de amor y compasión, recordando que nuestro llamado no es solo a corregir, sino a restaurar. Como Esteban, debemos estar dispuestos a proclamar la verdad con firmeza, pero también con un corazón lleno de gracia, buscando siempre el bienestar y la salvación de aquellos que aún no conocen a Dios.