Cita bíblica:
Marcos 7:20-23 Luego añadió: —Lo que sale de la persona es lo que la contamina. Porque de adentro, del corazón humano, salen los malos pensamientos, la inmoralidad sexual, los robos, los homicidios, los adulterios, la avaricia, la maldad, el engaño, el libertinaje, la envidia, la calumnia, la arrogancia y la necedad. Todos estos males vienen de adentro y contaminan a la persona.
Reflexión:
En Marcos 7:20-23, Jesús nos advierte que lo que sale del corazón humano puede contaminar a una persona. Los malos pensamientos, la inmoralidad sexual, los robos, los homicidios, los adulterios, la avaricia, la maldad, el engaño, el libertinaje, la envidia, la calumnia, la arrogancia y la necedad son ejemplos de lo que puede emanar de un corazón no renovado. Es vital examinar nuestros pensamientos y reflexionar sobre si nos están nutriendo o envenenando. Transitar por la vida con una mente llena de negatividad y malos deseos solo puede llevarnos a la destrucción.
Un claro ejemplo de alguien en la Biblia que tuvo malos pensamientos que lo llevaron a actuar mal es el rey Saúl. Saúl, consumido por la envidia y los celos hacia David, permitió que estos pensamientos oscuros dominaran su corazón y su mente. Sus celos lo llevaron a intentar matar a David en varias ocasiones, rompiendo así su relación con Dios y su pueblo. La envidia y el rencor de Saúl lo llevaron a actuar en contra de la voluntad de Dios, resultando en su propia caída y destruyendo su vida.
¿Qué pensamientos rondan por tu cabeza? ¿Son positivos o negativos? ¿Piensas mal de los demás o de ti mismo? ¿Eres pesimista? Es crucial pedirle a Dios que llene nuestra mente de buenos pensamientos. Al enfrentarnos a pensamientos negativos, podemos recitar versículos de la Biblia, orar y buscar la compañía de hermanos y hermanas en la fe. Renueva tu mente con pensamientos de amor, bondad y esperanza. Dios nos llama a tener una mente sana y llena de paz, lo cual es posible si dejamos que su Palabra guíe nuestros pensamientos.
En conclusión, nuestros pensamientos tienen un poder inmenso sobre nuestras vidas. Nutrirnos con pensamientos positivos y llenos de la verdad de Dios puede transformarnos y acercarnos más a su voluntad. Por el contrario, permitir que los malos pensamientos dominen nuestra mente puede contaminarnos y alejarnos de su gracia. Es esencial vigilar nuestros pensamientos y alimentarnos con lo que edifica y da vida. Permite que Dios renueve tu mente cada día y camina en la luz de su amor y verdad.
Oración:
Señor, te pido que renueves mi mente y purifiques mis pensamientos. Ayúdame a desechar todo lo que es negativo y destructivo, y a llenarme de tus pensamientos de amor, paz y bondad. Que tu Espíritu Santo me guíe en cada momento, transformando mi corazón y mi mente conforme a tu voluntad. Amén.
Canción relacionada:
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