Cita bíblica:
Cántico para los peregrinos que suben a Jerusalén.
128 ¡Qué feliz es el que teme al Señor,
todo el que sigue sus caminos!
2 Gozarás del fruto de tu trabajo;
¡qué feliz y próspero serás!
3 Tu esposa será como una vid fructífera,
floreciente en el hogar.
Tus hijos serán como vigorosos retoños de olivo
alrededor de tu mesa.
4 Esa es la bendición del Señor
para los que le temen. 5 Que el Señor te bendiga continuamente desde Sion;
que veas prosperar a Jerusalén durante toda tu vida.
6 Que vivas para disfrutar de tus nietos.
¡Que Israel tenga paz!
Reflexión
En el Salmo 128, se nos presenta una imagen vívida de la bendición que proviene del temor del Señor. El salmista nos habla de la dicha y la prosperidad de aquellos que temen al Señor y siguen sus caminos. Esta bendición no se limita a lo material, sino que abarca todas las áreas de la vida, desde la familia hasta el trabajo y la comunidad. Nos recuerda que el temor del Señor no es un miedo paralizante, sino un profundo respeto y reverencia que nos lleva a obedecer sus mandamientos y confiar en su provisión.
En la historia bíblica de Abraham, encontramos otro ejemplo impactante de cómo el temor del Señor conduce a la bendición. Abraham, conocido como el padre de la fe, demostró un temor reverente y una obediencia radical a Dios. A pesar de las pruebas y desafíos que enfrentó, incluyendo la orden divina de sacrificar a su propio hijo Isaac, Abraham confió plenamente en el Señor y obedeció sin vacilar. Su temor del Señor fue evidente en su disposición para obedecer incluso en las circunstancias más difíciles. Como resultado de su fe y obediencia, Dios lo bendijo abundantemente, prometiéndole que sería el padre de una gran nación y que todas las naciones serían bendecidas a través de él. La vida de Abraham nos enseña que el temor del Señor es el fundamento de una fe sólida y nos lleva a experimentar las maravillosas bendiciones que Dios tiene preparadas para aquellos que confían en Él.
Oremos para que podamos cultivar el temor del Señor en nuestras vidas y experimentar su bendición en todas nuestras áreas. Que podamos vivir en obediencia a su palabra, confiando en su fidelidad y recibiendo las bendiciones que Él tiene preparadas para nosotros.
Oración:
Padre celestial, te agradecemos por tu palabra que nos guía y nos da esperanza. Ayúdanos a temerte y a seguir tus caminos, para que podamos experimentar tu bendición en todas las áreas de nuestra vida. Que nuestro temor del Señor nos lleve a una obediencia gozosa y a una confianza inquebrantable en tu provisión. En poderoso Nombre de Jesús oramos, Amén.