Cita bíblica:
La Entrada Triunfal de Jesús: «Y muchos tendían sus mantos por el camino, y otros cortaban ramas de los árboles, y las tendían por el camino. Y la gente que iba delante y la que iba detrás aclamaba, diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!» (Mateo 21:8-9)
Reflexión:
El Domingo de Ramos es un día muy especial para los cristianos, ya que conmemora la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén. La gente cortó ramas de los árboles y las tendieron por el camino mientras Jesús montaba un burro hacia la ciudad. La multitud lo aclamó, diciendo «Hosanna al Hijo de David!» y «Bendito el que viene en el nombre del Señor!».
Pero, ¿qué significa todo esto para nosotros? ¿Por qué es importante recordar la entrada triunfal de Jesús?
En primer lugar, la entrada triunfal fue una profecía cumplida. El profeta Zacarías había predicho que el Mesías entraría en Jerusalén montado en un burro (Zacarías 9:9). La entrada de Jesús a Jerusalén en un burro es una señal clara de que Él es el Mesías prometido.
En segundo lugar, la entrada triunfal demuestra la humildad de Jesús. A pesar de ser el Rey de reyes y Señor de señores, Él eligió montar en un burro en lugar de un caballo o un carruaje. Jesús no vino para ser servido, sino para servir (Mateo 20:28).
En tercer lugar, la entrada triunfal es un recordatorio de que Jesús es el Salvador del mundo. La multitud aclamó a Jesús como el Hijo de David, lo que significa que ellos creían que Él era el Mesías prometido. Jesús vino para salvar al mundo del pecado y de la muerte, y su entrada a Jerusalén fue el inicio de su camino hacia la cruz, donde hizo el sacrificio final por nuestros pecados.
Por último, la entrada triunfal es un llamado a la acción. Así como la multitud aclamó a Jesús como el Hijo de David, nosotros también debemos reconocer a Jesús como nuestro Salvador y Señor. Debemos preparar nuestros corazones para la Semana Santa, reflexionando sobre el sacrificio que Jesús hizo por nosotros en la cruz y buscando vivir nuestras vidas en obediencia a Él.
Oración:
Padre celestial, gracias por enviar a tu Hijo Jesucristo para ser nuestro Salvador y Señor. Ayúdanos a preparar nuestros corazones para la Semana Santa, reflexionando sobre el sacrificio que hizo por nosotros en la cruz. Ayúdanos a vivir nuestras vidas en obediencia a Él y a compartir su amor y su verdad con los demás. En el nombre de Jesús, amén.
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