Cita bíblica:
Colosenses 1:13-14 Él nos rescató del reino de las tinieblas y nos trasladó al reino de su Hijo amado, quien compró nuestra libertad y perdonó nuestros pecados. Cristo es la imagen misma del Dios invisible, y existe desde antes que Dios comenzara la creación.
Reflexión
En nuestras vidas, cada uno de nosotros tiene un testimonio único del poder de Dios. A menudo, lo que parecía imposible se convierte en realidad, no por casualidad, sino por la intervención divina. Somos testigos vivientes de Su gracia y misericordia, llamados a compartir nuestras historias con el mundo.
Lot y su familia fueron rescatados por la mano poderosa de Dios de la destrucción de Sodoma y Gomorra. A pesar del juicio sobre las ciudades pecaminosas, Dios mostró su misericordia al salvar a Lot y a sus seres queridos, demostrando su poder para librar a los justos de la calamidad.
Recordemos las veces en que el Señor ha intervenido en nuestras vidas, protegiéndonos de peligros conocidos y desconocidos. Cada experiencia de salvación es un recordatorio tangible del amor y el cuidado de Dios hacia nosotros. No podemos pasar por alto sus obras maravillosas en nuestras vidas.
Somos privilegiados de ser testigos del poder transformador de Dios. Cada historia de salvación es un testimonio viviente de Su amor incondicional y Su capacidad para cambiar vidas. No fue casualidad; fue la mano amorosa de Dios que nos salvó y nos guió hacia la luz.
Oración:
Amado Dios, gracias por tu poder salvador que nos libra del mal y nos lleva a la luz. Ayúdanos a compartir con el mundo tus maravillosas obras y testimonios de tu gracia. Que nuestras vidas reflejen tu poder transformador y tu amor redentor. En el nombre de Jesús oramos, Amén.