Cita bíblica:
Al llegar a este punto, Job se levantó, se rasgó las vestiduras, se rasuró la cabeza, y luego se dejó caer al suelo en actitud de adoración. Entonces dijo: «Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo he de partir. El Señor ha dado; el Señor ha quitado. ¡Bendito sea el nombre del Señor!» (Job 1:20-21)
Reflexión:
En la encrucijada entre el dolor y la adoración, encontramos el testimonio conmovedor de Job. Su vida, marcada por la pérdida y la aflicción, nos enseña que la respuesta al sufrimiento no está en negar el dolor, sino en elegir cómo enfrentarlo. Job, en medio de su angustia, decidió adorar a Dios. ¿Cómo podemos aprender de su ejemplo?
La lección de Job es clara: no permitamos que el sufrimiento defina nuestra existencia, sino que sea un catalizador para acercarnos más a Dios. Que nuestro clamor en la aflicción se convierta en un canto de esperanza, y que en cada lágrima, veamos el reflejo de la gracia divina. La elección de adorar en la adversidad no solo cambia nuestro enfoque, sino que también transforma la manera en que experimentamos el dolor.
El sufrimiento puede ser una encrucijada que nos lleva a dos caminos: uno que nos sume en la desesperación, y otro que nos acerque a Dios en adoración. Job, a pesar de su dolor, eligió la segunda opción. Su corazón roto se convirtió en un altar de adoración. Nos recuerda que el sufrimiento no define nuestra vida, sino cómo respondemos a él.
Oración:
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