Cita bíblica:
«Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.» Mateo 1:21
Reflexión:
En la silenciosa noche de Belén, la luz divina iluminó el mundo. Así, en nuestra vida, el nacimiento de Jesús irradia esperanza en medio de la oscuridad.
Recordamos que en nuestra propia noche, Dios nos envió un Salvador para guiarnos a través de las sombras hacia Su amor eterno. Jesús, la encarnación del amor divino, nos inspira a compartir ese amor con los demás.
Siguiendo el ejemplo de Jesús, recordemos que el significado de la Navidad no se encuentra solo en regalos materiales, sino en compartir el regalo del amor sacrificial. Así como Jesús vino a nosotros humildemente, abramos nuestros corazones para recibirlo y compartamos Su amor con aquellos que nos rodean.
En esta temporada, regocijémonos no solo en los regalos debajo del árbol, sino en el regalo celestial que cambió el curso de la historia. Que la Navidad sea un recordatorio de que, a través de Jesús, experimentamos el amor eterno y la paz que solo Dios puede brindar.