Cita bíblica:
Lucas 11:34 – «La lámpara del cuerpo son los ojos. Si miras a otros con ganas de ayudarles, todo el cuerpo está lleno de luz. Pero si con los ojos los miras con envidia, todo el cuerpo está en la oscuridad.»
Reflexión:
En la travesía de la vida, a menudo nos encontramos mirando a los demás, comparando sus logros y bendiciones con las nuestras. Sin embargo, Lucas 11:34 nos recuerda que nuestra visión no solo refleja nuestra percepción, sino también la luz que llevamos dentro. Recordemos la historia de Caín y Abel: la envidia oscureció el corazón de Caín, llevándolo a cometer un acto que marcó la historia. ¿Cuántas veces hemos albergado envidias que amenazan nuestra propia luz?
La originalidad que Dios ha puesto en ti es única y valiosa. La luz de tu autenticidad no necesita competir con la de otros. Más bien, cuando miramos a los demás con el deseo de ayudar, nuestra luz resplandece. Detengamos la envidia en sus raíces, recordando que la oscuridad no puede extinguir la luz original que Dios ha depositado en nosotros.