Cita bíblica:
Eclesiastés 8:6 «Porque para cada deleite hay un tiempo y un modo, aunque la aflicción del hombre sea mucha sobre él.»
Reflexión:
En la travesía de la vida, a menudo nos enfrentamos a momentos de incertidumbre y ansiedad, esperando respuestas divinas a nuestras oraciones. La historia de Abraham y Sara es un testimonio viviente de la perfecta puntualidad de Dios. Aunque en su vejez, parecía que el tiempo de la promesa se desvanecía, Dios llegó en el momento exacto para cumplir Su palabra. No olvidemos que, aunque nuestros relojes tic-taqueen, el reloj celestial de Dios siempre marca el momento perfecto.
En nuestra impaciencia, a veces dudamos de la capacidad de Dios para cumplir Sus promesas. Pero, como Abraham, aprendamos a confiar en la sabiduría divina. Dios no es limitado por nuestro concepto temporal; Su cronograma es perfecto. Las respuestas, los milagros y las bendiciones de Dios no llegan tarde; simplemente, llegan en el momento preciso, cuando nuestra fe y dependencia en Él están plenamente desarrolladas.
En nuestras esperas, recordemos que cada estación tiene su tiempo designado. La paciencia es nuestra aliada, y la fe es el motor que nos impulsa hacia la certeza de que Dios nunca llega tarde, siempre llega en el momento justo.
Así como Abraham y Sara experimentaron la fidelidad puntual de Dios, nosotros también podemos confiar en que nuestras oraciones serán respondidas en el tiempo divino. En nuestra espera, crezcamos en la fe, manteniendo nuestros ojos en Aquel que es el Señor del tiempo.
Que maravilloso devocional
El tiempo de Dios es perfecto
Solo hay que confiar y abrir el corazón
Muchas gracias Marcela por tu comentario, nos alegra enormemente saber que te gustan, toda la gloria para Dios, Bendiciones !!