Cita bíblica:
«El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto.» – Lucas 16:10 (RVR1960)
Reflexión:
La prosperidad, en el sentido más amplio, no solo se trata de riquezas materiales, sino también de cómo administramos los recursos que Dios nos confía, ya sea tiempo, talentos o relaciones. Lucas 16:10 nos recuerda que ser fieles en las pequeñas cosas es un reflejo de nuestra capacidad para administrar las bendiciones mayores que Dios tiene para nosotros.
En esta reflexión, exploraremos cómo podemos ser administradores sabios y fieles de los recursos que Dios nos ha dado, incluso cuando parece que no estamos prosperando en la forma en que deseamos.
Conozcamos a Santiago, un hombre que, a primera vista, parecía no prosperar en su carrera. Luchaba por avanzar y estaba frustrado. Sin embargo, en lugar de centrarse en lo que no tenía, Santiago decidió invertir su tiempo y habilidades en servir a su comunidad. Empezó a ser voluntario en un refugio local y a ayudar a los necesitados. A lo largo del tiempo, las personas notaron su amor y generosidad. Eventualmente, le ofrecieron un puesto de liderazgo en una organización sin fines de lucro que se dedicaba a ayudar a los menos afortunados. Santiago aprendió que, al ser un buen administrador de su tiempo y talentos, Dios lo bendijo con oportunidades para prosperar de maneras que nunca habría imaginado.
Ser buenos administradores, según la Biblia, implica varias enseñanzas y principios que nos guían en cómo manejar los recursos y bendiciones que Dios nos ha confiado. Aquí hay algunas pautas basadas en la Escritura:
- Reconoce que todo proviene de Dios: Acepta que todo lo que tienes es un regalo de Dios y eres un administrador de Sus recursos (Salmo 24:1).
- Sé fiel en las pequeñas cosas: Muestra fidelidad en tus responsabilidades actuales, demostrando que puedes manejar responsabilidades mayores (Lucas 16:10).
- Da con generosidad: Comparte con los necesitados y practica la generosidad (2 Corintios 9:7).
- Planifica y ahorra: Planifica para el futuro, incluyendo la provisión para tu familia (Proverbios 21:20).
- No ames el dinero: No permitas que el amor al dinero gobierne tu vida (1 Timoteo 6:10).
- Administra el tiempo sabiamente: Dedica tiempo a la oración, la lectura de la Biblia y al servicio a los demás (Efesios 5:15-16).
- Busca el consejo de otros: No temas buscar consejo financiero y de administración (Proverbios 15:22).
- Confía en Dios en tiempos de escasez: En tiempos difíciles, confía en que Dios proveerá (Filipenses 4:19).
La prosperidad es más que acumular riqueza; se trata de administrar con fidelidad lo que Dios nos ha dado. Al ser buenos administradores en las pequeñas cosas, demostramos nuestra capacidad para manejar las bendiciones mayores que Dios tiene preparadas para nosotros.
Oración:
Amado Padre, ayúdanos a ser sabios administradores de los recursos que nos has confiado. Enséñanos a valorar y multiplicar cada talento y recurso que tenemos, para que podamos ser fieles en lo mucho. Que nuestra prosperidad refleje tu gloria. En el nombre de Jesús, amén.
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