Cita bíblica:
«Sed santos, porque yo soy santo» – 1 Pedro 1:16 (RVR1960)
Reflexión
La santidad es un tema fundamental en la vida del creyente. Nos llama a vivir una vida separada del pecado y consagrada a Dios. Pero, qué significa realmente ser santo? Ser santo no es simplemente seguir una lista de reglas o realizar buenas obras, es un llamado a reflejar el carácter de Dios en cada aspecto de nuestra vida.
La santidad nos acerca más a Dios. Cuando nos esforzamos por vivir en obediencia a Su Palabra, estamos abriendo las puertas para experimentar una comunión más profunda con Él. Al alejarnos de los caminos del pecado y buscar la pureza en nuestros pensamientos, palabras y acciones, estamos permitiendo que la presencia de Dios llene cada rincón de nuestro ser.
Es importante comprender que la santidad no es una tarea fácil. En nuestra vida cotidiana, nos enfrentamos a tentaciones y desafíos que nos alejan de este llamado. Sin embargo, debemos recordar que Dios nos ha dado el Espíritu Santo como nuestro ayudador y fortaleza. Él nos capacita para vivir una vida santa y nos guía en cada paso del camino.
Imagina creyente que, consciente de su debilidad, busca la santidad a pesar de sus luchas internas. Puede ser alguien que ha experimentado la adicción, pero que se ha entregado a Dios y ha encontrado libertad en Su amor. A través de su testimonio, podemos ver cómo la santidad lo ha acercado más a Dios y le ha dado una nueva perspectiva de vida.
En conclusión, la santidad es un llamado para todos los creyentes. Es un camino de búsqueda constante, de entrega total a Dios y de deseo profundo de reflejar Su carácter en todo lo que hacemos. A medida que nos acercamos más a Dios en santidad, experimentamos una comunión más íntima con Él y nos convertimos en instrumentos para Su gloria en este mundo.
Oración:
Amado Padre, te agradecemos por llamarnos a la santidad. Reconocemos que sin tu ayuda no podemos lograrlo, pero confiamos en tu gracia y poder que nos capacita. Ayúdanos a vivir vidas santas, separadas del pecado y consagradas a ti. Muéstranos las áreas en las que necesitamos crecer y transformarnos a tu imagen. Que nuestra búsqueda de santidad nos acerque más a ti y nos haga testimonio de tu amor y poder transformador. En el nombre de Jesús, amén.