Cita bíblica:
«Pero en la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos, andando sobre el mar. Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: ¡Un fantasma! Y dieron voces de miedo. Pero enseguida Jesús les habló, diciendo: ¡Tened ánimo! ¡Yo soy! No temáis» (Mateo 14:25-27).
Reflexión
En la vida, enfrentamos situaciones que parecen imposibles de superar. Nos encontramos en medio de mares agitados, llenos de incertidumbre y temor. Sin embargo, en esos momentos, Jesús nos invita a caminar sobre las aguas, a confiar en su poder y a vencer nuestros miedos mediante la fe.
Imagínate por un momento a Pedro, uno de los discípulos de Jesús, quien tuvo la valentía de aceptar la invitación del Maestro para caminar sobre el agua. Mientras se mantenía enfocado en Jesús, caminaba con seguridad sobre las olas tumultuosas. Pero cuando comenzó a prestar atención al viento y las circunstancias adversas, el miedo se apoderó de él y empezó a hundirse. En ese momento, Pedro clamó a Jesús, quien extendió su mano y lo salvó.
En la vida real, conocí a una mujer llamada Viviana, quien se enfrentó a una enfermedad terminal. Durante su batalla contra el cáncer, Viviana decidió confiar en Jesús y caminar en fe. A pesar de los momentos de dolor y desesperación, encontró consuelo en la promesa de que Jesús estaba con ella en medio de la tormenta. Viviana mantuvo su mirada en Jesús y experimentó su paz sobrenatural que trascendía cualquier circunstancia. Aunque físicamente perdió su batalla contra el cáncer, su testimonio de fe y valentía sigue inspirando a muchos hasta el día de hoy.
Querido lector, te invito a confiar en Jesús, quien te llama a caminar sobre las aguas de tus circunstancias difíciles. No importa cuán turbulento parezca el mar que enfrentas, recuerda que Jesús está contigo, extendiendo su mano para sostenerte. Mantén tu mirada en él y no permitas que el miedo y las adversidades te hundan. Que tu fe sea más grande que tus temores, y confía en que Jesús tiene el poder de llevarte a lugares inimaginables.
Oración:
Amado Jesús, te agradecemos por ser el que camina sobre las aguas de nuestras vidas y nos invita a seguirte. En este momento, te pedimos que fortalezcas nuestra fe y nos ayudes a confiar en ti en medio de las situaciones difíciles. Que podamos mantener nuestros ojos en ti y no permitir que el temor nos paralice. Señor, extiende tu mano hacia nosotros y sostennos cuando nos sintamos débiles. Que nuestra vida sea un testimonio de valentía y fe en ti. En tu nombre poderoso oramos, amén.
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