Cita bíblica:
«De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, quedará atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, quedará desatado en el cielo.» (Mateo 18:18)
Reflexión
La escritura citada nos habla de un principio poderoso: el poder de atar y desatar. Jesús nos enseñó que lo que atemos en la tierra será atado en el cielo, y lo que desatemos en la tierra será desatado en el cielo. Nos revela la influencia que tenemos como creyentes para producir cambios y manifestar el reino de Dios en nuestra realidad terrenal.
El acto de atar y desatar implica el ejercer autoridad espiritual. Como hijos de Dios, hemos sido revestidos con el poder del Espíritu Santo y tenemos la capacidad de declarar y llevar a cabo Su voluntad en la tierra. Nuestras palabras, oraciones y acciones pueden tener un impacto eterno en el mundo que nos rodea.
Imagina una persona que se enfrenta a una enfermedad. A través de la fe y la autoridad que se nos ha dado, podemos orar para que sean sanados y atar la enfermedad en el nombre de Jesús. Creemos en el poder transformador de Dios y esperamos que Su voluntad se manifieste en la vida de la persona. Al hacerlo, activamos el principio de atar y desatar, confiando en que nuestras acciones terrenales tengan un impacto en el ámbito espiritual.
Oremos juntos
Oración:
Padre celestial, reconocemos el poder que nos has dado para atar y desatar en tu nombre. Te pedimos que nos guíes y nos reveles tu voluntad en cada situación que enfrentemos. Ayúdanos a entender la autoridad que tenemos en Cristo y usarla con sabiduría y amor. Que nuestras palabras y acciones estén en armonía con Tus propósitos y que seamos instrumentos de Tu reino en la tierra. En el nombre de Jesús, Amén.