Cita bíblica:
Salmo 136:26 (NVI) – «Alaben al Dios de los cielos, porque su amor perdura para siempre».
Reflexión
El amor de Dios es incomparable y extraordinario. Es un amor interminable que trasciende el tiempo y las circunstancias. El Salmo 136:26 nos recuerda que el amor de Dios es para siempre. Es un amor que es constante, interminable y eterno.
Cuando pensamos en el amor humano, a menudo está limitado por nuestras imperfecciones y capacidades limitadas. Sin embargo, el amor de Dios está más allá de nuestros límites humanos. Es un amor perfecto, puro y desinteresado.
El amor de Dios se expresa en todas sus creaciones. Nos rodea en la belleza de la naturaleza, en la armonía de las relaciones sanas y en los actos de bondad que presenciamos. Pero el mayor ejemplo de Su amor se encuentra en la vida, muerte y resurrección de Jesucristo. A través de Jesús, experimentamos el amor de Dios de una manera tangible y personal.
Piense en un ejemplo cotidiano: imagine que alguien cometió un grave error en el pasado y siente una culpa y un arrepentimiento abrumadores. Esta persona puede sentir que su pasado la define y que no hay esperanza de redención. Sin embargo, cuando conoció el amor de Dios, entendió que Su amor no conocía límites y estaba listo para perdonar y restaurar. Cuando esta persona se entrega a Dios, experimenta la gracia y el perdón que solo su amor puede traer. Tu vida se transforma y encuentras un nuevo propósito al vivir en respuesta al amor de Dios.
En nuestras oraciones, podemos agradecer a Dios por su amor infinito.
Oración:
Padre celestial, te damos gracias por tu amor eterno y constante. Reconocemos que tu amor es más grande que nuestros fracasos y estamos listos para perdonar y recuperarnos. Gracias por enviar a Jesús como el máximo ejemplo de tu amor. Ayúdanos a comprender la profundidad de tu amor y saber responder a ese amor, amando a nuestro prójimo como tú nos has amado. Que tu amor nos transforme y nos guíe en todos los ámbitos de la vida. En el nombre de Jesús, Amén.