Cita bíblica:
Proverbios 4:23 (NVI) – «Por sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque de él mana la vida».
Reflexión
La audición es uno de los dones más preciados que Dios nos ha dado. A través de ella podemos escuchar las voces de nuestros seres queridos, disfrutar de la música, aprender, recibir orientación y consuelo. Sin embargo, también debemos ser conscientes de que lo que escuchamos puede afectar significativamente nuestra vida, especialmente nuestra fe y nuestras emociones.
La Biblia nos enseña a cuidar nuestro corazón, porque de ahí viene la vida. Esto implica que tenemos que ser selectivos con lo que ponemos en nuestros oídos y, por tanto, en nuestro interior. Las palabras que escuchamos pueden afectar la forma en que pensamos, sentimos y actuamos. Por lo tanto, es esencial discernir y filtrar cuidadosamente lo que permitimos que resuene en nuestras mentes y corazones.
Imagina el siguiente ejemplo cotidiano: estás rodeado de personas que constantemente hablan mal, critican a los demás y se quejan de sus vidas. Incluso si no te das cuenta de inmediato, estas palabras pueden afectar tu forma de pensar, tu forma de ver la vida y tus relaciones con los demás. Sin embargo, si elige rodearse de personas que le den palabras de aliento, amor y confianza, experimentará un ambiente más positivo y edificante.
Es fundamental recordar que Dios nos ha dado Su Palabra para guiar nuestra vida. La Biblia está llena de verdades y promesas que nos fortalecen, nos inspiran y nos enseñan a vivir la voluntad de Dios. Al sumergirnos en la Palabra de Dios, podemos cultivar una mente renovada, llena de fe y esperanza.
En nuestras oraciones, podemos pedirle a Dios que nos ayude a preocuparnos por lo que escuchamos y que llene nuestra mente con Su Palabra.
Oración:
Padre, te pedimos que nos des sabiduría y discernimiento para prestar atención a lo que escuchamos en nuestra vida diaria. Ayúdanos a deshacernos de las palabras negativas, los chismes y las críticas que pueden herir nuestro corazón y nuestra fe. Que nuestros oídos estén atentos a tu voz ya las palabras de vida y verdad que nos das en tu palabra. Enséñanos a escuchar palabras que nos edifiquen, nos inspiren y nos acerquen a Ti. Que nuestras palabras y acciones reflejen tu amor y gracia en todo momento. En el nombre de Jesús, Amén.