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Cita bíblica:
28 Venid á mí todos los que estáis trabajados y cargados, que yo os haré descansar. 29 Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas.30 Porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga. (Mateo 11:28-30)
Reflexión:
Vivimos en una época donde todo va rápido: las noticias pasan volando, los problemas se acumulan, las preocupaciones pesan y el alma se desgasta en silencio. Muchos caminan con una sonrisa por fuera, pero con cansancio por dentro. Sin embargo, en medio de ese desgaste emocional y espiritual, Jesús levanta la voz con una invitación que suena tan fresca hoy como hace dos mil años: “Vengan a mí todos los que están cargados y trabajados, y yo los haré descansar.”
Él no llama a los fuertes, llama a los cansados. No convoca a los autosuficientes, sino a los que reconocen que ya no pueden más.
Jesús empieza revelando algo profundo: las verdades del Reino no se entienden con diplomas, sino con humildad. Hoy, cuando todos creen saberlo todo, el Señor sigue mostrándose a los sencillos de corazón. A los que, en lugar de aparentar, admiten: “Señor, te necesito.” En un mundo lleno de voces, opiniones y filosofías, Jesús recuerda que solo Él revela al Padre, solo en Él encontramos la verdad que el alma está buscando.
Luego, el Señor hace la invitación más tierna del Evangelio: “Vengan a mí…”. No dice “vayan”, dice “vengan”. Es una invitación cercana, familiar, directa. Jesús conoce el peso de nuestras cargas: la presión, el miedo, la ansiedad, la culpa, los problemas que quitan el sueño y los yugos que lastiman. Él no promete que no habrá cargas, pero sí promete algo mejor: un yugo suave, uno donde Él camina a nuestro lado y carga lo que nosotros no podemos.
Hoy, este pasaje nos recuerda que el verdadero descanso no lo da un viaje, ni un día libre, ni un logro, ni una compra. El descanso verdadero lo da Jesús. Es paz para el alma, alivio para el corazón, esperanza para el agotado, fuerza para el débil, dirección para el perdido.
Desafío del Día:
Actividad práctica: “Entrega y Descansa”
- 1. Identifica una carga: Escribe en un papel una preocupación que hoy te esté agotando.
- 2. Entrégala a Jesús: Ora por 30 segundos diciendo: “Señor, hoy pongo esta carga en tus manos. Dame tu descanso.”
- 3. Rompe el papel: Rómpelo como símbolo de que esa carga ya no la llevas sola.
- 4. Reemplázala por una verdad: En otro papel escribe: “Jesús me da descanso.” Llévalo contigo durante el día.
Oremos juntos:
Señor Jesús, hoy vengo a Ti con mis cargas, mis preocupaciones y mi cansancio. Reconozco que he intentado llevar sola mis cargas y me he desgastado en el camino. Enséñame a caminar a tu paso, a llevar tu yugo y a encontrar descanso en tu presencia. Revela tu verdad a mi corazón y llena mi vida con tu paz. Amén.

