Cita bíblica:
«Y he aquí tu parienta Elisabet también ha concebido hijo en su vejez; y este es el sexto mes para ella, la que era llamada estéril. Porque ninguna cosa es imposible para Dios» Lucas 1: 36-37
Reflexión:
Cuando atravesamos momentos de incertidumbre, nuestra fe puede tambalearse. Sin embargo, es precisamente en estos tiempos cuando necesitamos evidencias tangibles del poder de Dios. Además, ver Su obra en otros nos fortalece enormemente. Por tanto, buscar testimonios reales se convierte en ancla para nuestra esperanza. Finalmente, lo auténtico trasciende las dudas y nos conecta con la verdad divina que transforma vidas.
El Ejemplo de María y Elisabet
María, joven y confundida por el anuncio angelical, necesitaba confirmación de que Dios obraba sobrenaturalmente. Por eso, cuando visitó a Elisabet y vio su embarazo milagroso en la vejez, encontró la evidencia que buscaba. Así mismo, el salto del bebé Juan en el vientre de Elisabet confirmó la presencia del Mesías. Entonces María comprendió que si Dios podía dar vida a una mujer estéril y anciana, ciertamente podía usar su juventud para traer al Salvador. Esta experiencia real fortaleció su fe completamente.
¿No es esto lo que necesitamos hoy? Ver milagros similares en otros nos impulsa a creer que Dios también puede obrar en nosotros. Cuando contemplamos testimonios auténticos, nuestra esperanza se reaviva. Porque si Él transformó aquella situación imposible, también puede cambiar la nuestra. Los milagros de otros son señales de que nuestro milagro también puede llegar.
Dios usa las experiencias de otros creyentes para fortalecer nuestra fe. María encontró en Elisabet la confirmación que necesitaba para abrazar su destino. Igualmente, nosotros debemos buscar y valorar los testimonios reales que nos rodean. Estas evidencias tangibles del poder divino nos sostienen cuando las dudas nos asaltan. Lo auténtico siempre vence a la confusión y nos acerca más a la verdad de Dios.
Oremos juntos:
Padre celestial, en momentos de confusión ayúdanos a encontrar evidencias reales de tu poder. Permítenos ver tu obra en otros como confirmación de que también puedes obrar en nosotros. Fortalece nuestra fe a través de testimonios auténticos y mantén nuestros ojos abiertos a tus milagros cotidianos. En el nombre de Jesús, Amén.
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