Cita bíblica:
Mateo 26:41 «Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.» –
Reflexión:
En nuestra vida cristiana, las temporadas de descanso son momentos especiales que Dios nos regala para renovar nuestras fuerzas y disfrutar de su bondad. Sin embargo, estas pausas en nuestra rutina habitual pueden convertirse sutilmente en espacios donde descuidamos nuestra intimidad con el Padre. Al igual que un jardín necesita atención constante, nuestra relación con Dios requiere un cuidado continuo, independientemente de la estación en la que nos encontremos.
Ejemplo Bíblico: Consideremos el caso del rey David, quien en tiempo de paz y prosperidad, cuando los reyes salían a la guerra, se quedó en Jerusalén descansando. Este momento de comodidad lo llevó a bajar la guardia espiritual, resultando en su caída con Betsabé. Esta historia nos enseña que incluso el hombre conforme al corazón de Dios puede desviarse cuando descuida su comunión con el Señor durante tiempos de tranquilidad. La lección es clara: los momentos de descanso no deben convertirse en momentos de descuido espiritual.
Reflexión Personal: ¿Cuántas veces hemos permitido que los cambios en nuestra rutina afecten nuestra vida devocional? Los períodos de vacaciones son bendiciones, pero no deberían alejarnos de nuestra fuente de vida. Cada mañana, sin importar la temporada, tenemos la oportunidad de elegir poner a Dios primero. El descanso físico es necesario, pero el descanso espiritual lo encontramos únicamente en la presencia de nuestro Padre celestial.
Conclusión: El verdadero descanso no se encuentra en la ausencia de actividades, sino en la presencia constante de Dios. Mantener nuestra comunión con Él durante los tiempos de reposo fortalece nuestra fe y nos prepara para los desafíos futuros. No permitas que la comodidad del descanso te aleje de quien es tu verdadero refugio y fortaleza.
Oración
Amado Padre, ayúdanos a mantener nuestros corazones vigilantes aun en tiempos de descanso. Que nuestra comunión contigo sea siempre nuestra prioridad, sin importar la temporada que estemos viviendo. Fortalece nuestra disciplina espiritual y mantennos cerca de ti. En el nombre de Jesús, amén.