Cita bíblica:
Santiago 4:7 7 Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros..
Reflexión:
En la vida, muchas veces abrimos puertas sin darnos cuenta. Con cada cosa que vemos, leemos, escuchamos o decimos, damos acceso a nuestro corazón y mente. Santiago 4:7 nos dice: «Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros». Esta Escritura nos recuerda que debemos ser conscientes de las influencias que permitimos en nuestra vida, resistiendo lo que no viene de Dios. Es vital que cuidemos lo que dejamos entrar en nuestra mente y corazón, para mantenernos firmes en la fe y la verdad de Dios.
En la historia de Adán y Eva, encontramos un claro ejemplo de cómo abrir la puerta a influencias negativas puede llevar al pecado y al alejamiento de Dios. En el jardín del Edén, Eva permitió que las palabras engañosas de la serpiente penetraran su mente. En lugar de aferrarse a la palabra de Dios, escuchó la voz que la llevó a la desobediencia. Esta decisión no solo afectó su vida, sino también la de Adán y, en consecuencia, a toda la humanidad. Este relato nos enseña la importancia de cerrar la puerta a las voces que no provienen de Dios y que pueden desviarnos de su voluntad.
¿Qué es lo que estás permitiendo entrar en tu vida? Las palabras que escuchas, las imágenes que ves y las conversaciones que mantienes pueden influir profundamente en tu corazón y mente. Si permites que pensamientos negativos, críticas destructivas o contenido que no honra a Dios entren en tu vida, corres el riesgo de que tu espíritu se vea afectado. Dios nos llama a mantenernos puros y vigilantes, seleccionando cuidadosamente lo que permitimos que influya en nosotros. Recordemos que lo que entra en nuestro corazón se refleja en nuestras acciones y palabras.
La protección de nuestra mente y corazón es vital para vivir una vida que honre a Dios. Cerrando las puertas a lo negativo y abriéndolas a lo que es bueno, verdadero y puro, permitimos que el Espíritu Santo obre en nosotros, fortaleciéndonos y guiándonos en cada paso. Seamos intencionales en lo que permitimos en nuestra vida, sabiendo que cada elección cuenta.