Cita bíblica:
Apocalipsis 3:15-16
15 Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! 16 Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.
Reflexión:
La Palabra de Dios nos advierte sobre la peligrosa tibieza espiritual en Apocalipsis 3:15-16. Ser tibio significa estar ni frío ni caliente, y esta condición espiritual no es lo que Dios desea para sus hijos. Es momento de reflexionar sobre nuestra relación con Él y decidir si arderemos con pasión por su causa o nos conformaremos con una vida mediocre.
La historia de Nicodemo nos muestra un ejemplo de tibieza espiritual. Si bien era un líder religioso, su encuentro con Jesús reveló su falta de pasión y compromiso. Nicodemo mostró interés en Jesús, pero su miedo al rechazo de sus colegas lo llevó a buscar a Jesús en secreto. Este ejemplo nos desafía a examinar si estamos verdaderamente comprometidos con Dios o simplemente vivimos una fe superficial.
Es crucial entender que Dios anhela una relación íntima y apasionada con nosotros. No podemos conformarnos con una fe tibia que solo se manifiesta ocasionalmente. Arder por Dios implica entregarnos por completo a Él, amarlo con todo nuestro ser y seguirlo con pasión y devoción cada día. No hay espacio para la mediocridad en la vida del creyente.
Es importante examinar constantemente nuestro corazón y nuestras acciones a la luz de la Palabra de Dios, pidiendo al Espíritu Santo que nos guíe y nos fortalezca en nuestra búsqueda de una vida que arda por Dios en todas las áreas. La clave está en buscar una relación íntima y constante con Dios, permitiendo que su amor y su fuego purificador nos consuman por completo, para que podamos vivir una vida completamente entregada y apasionada por Él.
La tibieza espiritual es una amenaza silenciosa que puede alejarnos de la presencia y el propósito de Dios. Es hora de elegir arder con pasión por Dios, comprometiéndonos a amarlo y seguirlo con todo nuestro ser. Que nuestra vida sea un testimonio de amor y devoción ardiente por nuestro Señor.
Oración:
Padre celestial, perdona nuestra tibieza espiritual y enciende en nosotros un fuego apasionado por tu nombre. Que nuestra vida refleje el ardor y la devoción que deseas de nosotros. En el nombre de Jesús, Amén.
Canción Relacionada:
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