Cita bíblica:
«Pero tú eres un pueblo escogido, un sacerdocio real, una nación santa, un pueblo que pertenece a Dios, para que proclaméis las obras maravillosas de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable.» – 1 Pedro 2:9 (NVI)
Reflexión:
En nuestra búsqueda de milagros, a menudo olvidamos que somos el testimonio más grande de la obra milagrosa de Dios. En 1 Pedro 2:9, la Escritura nos recuerda que somos un pueblo escogido, un sacerdocio real, una nación santa. Tu existencia misma es una manifestación del poder y la gracia de Dios. En lugar de esperar milagros externos, abramos los ojos al milagro más grande: nosotros mismos.
Considera la historia de la mujer samaritana encontrada por Jesús junto al pozo (Juan 4). En su encuentro con Él, experimentó una transformación radical que la llevó a proclamar las obras maravillosas del Salvador. De manera similar, cada uno de nosotros tiene una historia de transformación y redención. Tu vida, tus experiencias y la gracia de Dios que te sostiene son un testimonio palpable de Su poder.
La reflexión nos lleva a una profunda gratitud. En lugar de centrarnos únicamente en la búsqueda de milagros externos, abracemos la verdad de que somos el milagro más grande. Nuestra existencia no es casualidad; es la manifestación del amor y el propósito divino. Que esta realidad transforme nuestra perspectiva y avive la llama de la fe en nuestros corazones.
En conclusión, reconoce y celebra que eres el milagro más grande. Que esta verdad te llene de asombro y agradecimiento, guiándote a confiar en el Dios que continúa obrando maravillas en tu vida cada día.