Cita bíblica:
Mateo 27:17-18 «Pilato les preguntó: «¿A quién quieren que les suelte: a Barrabás o a Jesús, al que llaman el Cristo?» Sabía que por envidia lo habían entregado.»
Reflexión:
En nuestro caminar diario como cristianos, frecuentemente nos encontramos ante una sociedad que rechaza los valores de Cristo. Así como en los tiempos antiguos, el mundo actual sigue prefiriendo liberar al Barrabás que llevamos dentro: nuestros deseos carnales, la búsqueda del placer inmediato y la satisfacción personal por encima del amor sacrificial que Jesús nos enseñó. Sin embargo, estamos llamados a ser luz en medio de la oscuridad, aunque esto signifique nadar contra la corriente.
La Historia Bíblica: Aquel día en Jerusalén, la multitud enfurecida se encontraba ante una decisión crucial. Pilato, siguiendo la costumbre de la festividad, les dio a elegir entre liberar a Jesús, quien había sanado enfermos y proclamado el amor de Dios, o a Barrabás, un conocido criminal. Sorprendentemente, influenciados por los líderes religiosos, el pueblo escogió liberar a Barrabás y crucificar a Jesús. Esta decisión no fue solo un evento histórico, sino un reflejo del corazón humano que persiste hasta hoy, donde frecuentemente se elige el pecado sobre la santidad.
¿Cuántas veces nos hemos encontrado en situaciones donde seguir a Cristo significa ser etiquetados como anticuados o aburridos? El mundo actual celebra el pecado y ridiculiza la santidad, prefiriendo la «libertad» de Barrabás sobre la verdadera libertad en Cristo. Pero recordemos: mientras Barrabás se perdió en la historia, Jesús resucitó al tercer día y sigue transformando vidas. La pregunta es: ¿estamos dispuestos a ser rechazados por causa de Cristo?
Ser cristiano nunca fue sinónimo de popularidad. Cristo nos advirtió que el mundo nos odiaría como lo odió a Él. Pero nuestra victoria no está en la aceptación mundial, sino en la fidelidad a quien venció la muerte. Cuando el mundo busque a Barrabás en nosotros, que encuentre a Cristo resucitado, vivo y operando en nuestras vidas.
ORACIÓN:
«Padre Celestial, dame la fortaleza para mantenerme firme cuando el mundo prefiera ver a Barrabás en lugar de a Cristo en mí. Ayúdame a recordar que Tu hijo resucitó victorioso y que en Él tengo la victoria. En el nombre de Jesús, amén.»