Cita bíblica:
Proverbios 4:25 25 Pon la mirada en lo que tienes delante; fija la vista en lo que está frente a ti.
Reflexión:
Cuando nos enfocamos en el llamado que Dios nos ha dado, nuestra energía y atención se centran en cumplir Su propósito en nuestras vidas. Esto nos deja menos espacio para criticar a los demás, compararnos o buscar defectos en quienes nos rodean. Proverbios 4:25 nos insta a poner la mirada en lo que tenemos delante, en el camino que Dios ha puesto frente a nosotros. Es fácil distraerse mirando a otros, pero Dios nos llama a mantener nuestros ojos en Él y en lo que nos ha encomendado.
Un claro ejemplo lo encontramos en Nehemías. Él tenía una misión específica: reconstruir los muros de Jerusalén. A pesar de las críticas y las distracciones que surgieron a su alrededor, Nehemías no perdió el enfoque en su llamado. Cuando sus enemigos intentaron detenerlo, él respondió: «Estoy haciendo una gran obra y no puedo bajar» (Nehemías 6:3). Nehemías se mantuvo enfocado en su tarea y no permitió que las voces externas lo desviaran de lo que Dios le había pedido. Su dedicación es un ejemplo de cómo el enfoque en el propósito de Dios nos guarda de caer en la crítica y comparación.
Cuando dedicamos nuestra vida a cumplir el propósito de Dios, nos damos cuenta de que no tenemos tiempo para enfocarnos en los errores de los demás. Al fijar nuestra vista en lo que Dios nos ha llamado a hacer, el Espíritu Santo nos dirige, y la crítica o comparación se disuelven en la luz de nuestro propósito. Así como Nehemías, debemos aprender a decir «no» a las distracciones y mantenernos firmes en nuestra misión. Si cada creyente enfoca su energía en su llamado, la crítica y la comparación pierden poder.
Mantenernos enfocados en el llamado de Dios es clave para evitar caer en la trampa de la crítica y la comparación. Cuando nuestros ojos están fijos en lo que Dios nos ha encomendado, encontramos gozo y satisfacción en nuestra labor, y no en cómo nos comparamos con otros. Al igual que Nehemías, debemos reconocer que la obra que Dios nos ha dado es importante y que no debemos perder tiempo en distracciones que nos alejen de nuestro propósito. Que nuestra mirada siempre esté en lo que tenemos delante.
Oración:
Señor, ayúdame a mantener mis ojos enfocados en el propósito que has trazado para mi vida. Enséñame a no distraerme con las comparaciones o críticas, sino a caminar con la mirada fija en lo que me has llamado a hacer. Que mi tiempo y energía se dediquen a cumplir tu voluntad, y que mi corazón esté lleno de gratitud por el llamado que has puesto en mis manos. En el nombre de Jesús, Amén.
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