Cita bíblica:
Deuteronomio 2:7 NTV
7 Pues el Señor Dios de ustedes los ha bendecido en todo lo que han hecho. Él les ha cuidado cada paso que han dado por este inmenso desierto. En estos cuarenta años, el Señor su Dios los ha acompañado, y no les ha faltado nada.
Reflexión:
Dios, en Su infinita misericordia, siempre ha sido fiel con nosotros, incluso en nuestros momentos más difíciles. En Deuteronomio 2:7, somos recordados de cómo Dios cuidó de los israelitas durante cuarenta años en el desierto, proveyéndoles en cada necesidad. A lo largo de nuestra vida, también enfrentamos desiertos: momentos de dificultad, pruebas y desafíos. Sin embargo, al mirar atrás, podemos ver claramente cómo Dios ha estado presente en cada paso, nunca dejándonos solos, siempre proveyendo lo necesario.
Durante los cuarenta años que los israelitas vagaron por el desierto, Dios fue su guía constante. Aunque enfrentaron desafíos y momentos de desesperanza, nunca les faltó nada. Dios les proveyó maná del cielo, agua de la roca, y los guió con una columna de nube durante el día y de fuego durante la noche. Este ejemplo de la fidelidad divina nos recuerda que, incluso en nuestros momentos más oscuros y difíciles, Dios está presente. Él va delante de nosotros, abriendo camino, proveyendo en nuestras necesidades, y asegurándose de que no falte nada esencial.
Es crucial recordar las veces en que Dios ha sido fiel en nuestras vidas. En medio de las pruebas, cuando el desierto de nuestras dificultades parece interminable, debemos recordar cómo Él nos ha sostenido en el pasado. Los milagros que hemos presenciado, las puertas que se han abierto, y las provisiones que han llegado en el momento justo, todo esto nos recuerda que Dios no nos abandona. Su fidelidad no solo debe ser recordada, sino que también debe fortalecer nuestra dependencia de Él y nuestra gratitud diaria.
La fidelidad de Dios es constante e inquebrantable. Así como cuidó de los israelitas en el desierto, también cuida de nosotros en nuestras travesías personales. Al recordar Su fidelidad pasada, podemos confiar en Su provisión futura. No importa cuán árido sea el desierto por el que estemos pasando, Dios va delante de nosotros, guiándonos, proveyendo y asegurando que no nos falte nada. Que nuestra respuesta sea de gratitud y dependencia total en Su amor y cuidado.